jueves, 6 de marzo de 2008

La champions por la tele

El flamante líder de la primera división española, el equipo invencible, el equipo que tiene ganada la liga desde hace meses según el diario más leído de España, la "máquina total" en palabras de su presidente, o sea, el Real Madrid, ha sido eliminado a las primeras de cambio de la máxima competición continental, la Copa de Europa. La competición que lo ha sido todo para el Real, el trofeo que le permitió y le permite ser la envidia del resto, el campeonato que hizo que la FIFA por unanimidad le declarase mejor equipo indiscutibles de la historia, la Copa de Europa, le ha dado con la puerta en las narices al Real Madrid. O al revés, el Real, como así se le llama en el extranjero, le ha dado la espalda a su competición.

Y la manera de su eliminación ha sido la peor de todas. En octavos, en la primera oportunidad, ante un equipo inferior -sobre el papel-, sin dar ninguna sensación de poder ganar, sin espíritu y en su campo. Todo un ultraje a la gloriosa camiseta del Madrid. Lo dicho, había muchas formas de perder, pero se escogió la peor. Ni siquiera la afición estuvo a la altura. Es, en resumidas cuentas, un fracaso rotundo y ridículo. También es verdad que si al equipo blanco le cambias el nombre ayer, si no se llamara Real Madrid, si no poseyera la brillante historia que posee, no merecería tales adjetivos. Es más, está haciendo una buena temporada, con muchísimas posibilidades de ganar la liga, siempre un éxito. Pero no, el equipo de ayer era el Real Madrid. Este club siempre tiene la obligación moral y ética de ganar la copa de Europa o, al menos, de pelear hasta el final. Le pese a quien le pese. La competición nacional, la Liga, siempre ha sido la segunda opción. De hecho, han habido ligas que ni se han celebrado. Bien lo sabe la generación de la quinta del buitre. Bien lo saben los madridistas de verdad.