domingo, 27 de enero de 2013

El Elche aplasta al Hércules

                               Edu Bedia se lamenta mientras los futbolistas del Elche festejan el primer tanto del partido
                                                                               FOTO DIARIO INFORMACIÓN

No goleó porque no quiso. El Elche doblegó ayer al Hércules con una demostración aplastante de velocidad e intensidad. El conjunto blanquiazul capituló sin oponer resistencia ante la incontestable superioridad del líder de la Segunda División. Xumetra se erigió en el mejor del partido con un tanto y una asistencia a Corominas. La victoria ilicitana en el derbi es otra muesca más de una temporada feliz y exitosa de un equipo y una ciudad que ya divisa el ascenso a Primera División.

Elche era ayer una fiesta. Horas antes del pitido inicial, los aledaños del estadio Martínez Valero recibían la estruendosa y alegre llegada de los aficionados ilicitanos. El ambiente respiraba un día especial para una ciudad que vive un año de ensueño. Rostros sonrientes, cánticos y alguna que otra burla al rival, la hinchada acudía al clásico provincial más optimista de los últimos años.

El estadio no se llenó, pero registró la mejor entrada del año. 17.827 espectadores, según fuentes oficiales, propiciaron que el Martínez Valero luciera su mejor aspecto. En el anillo superior de la grada noroeste se situó la afición del Hércules. Más de 1.500 seguidores blanquiazules animaron sin cesar a su equipo durante todo el partido, incluso en los peores momentos. El comportamiento de las dos aficiones, en un encuentro declarado de alto riesgo, fue ejemplar. No hubo incidentes.

Los pronósticos esperados se cumplieron pese a las dudas que surgieron por los últimos resultados de los equipos contendientes. El Elche se asomó al derbi con dos empates mientras el Hércules lo hizo con dos triunfos consecutivos que supieron a gloria en un año nefasto, embarrado en la penúltima posición de la tabla. Pero el derbi resultó ser un reflejo de la temporada que están realizando. El conjunto franjiverde ejerció de líder indiscutible y los 33 puntos que le separan de su rival quedaron plasmados ayer en el terreno de juego.

Acierta Fran Escribà
Apoyado en los últimos encuentros, Quique Hernández, técnico herculano, repitió alineación y optó por alejar la defensa de su área y por buscar la posesión de la pelota como principales armas contra el líder de la categoría. En cambio, el técnico ilicitano, Fran Escribà, modificó su once habitual e incluyó al centrocampista Aarón Ñíguez en detrimento del nueve del Elche, Berry Powel. El Elche apostaba por un ataque veloz y dinámico para evitar que los centrales rivales tuvieran una referencia definida.

Muy pronto se comprobó que la batalla táctica se declinaría hacia el lado local. El Elche presionaba con fuerza a un Hércules que tocaba la pelota sin peligro. El equipo local dotó de una vehemente intensidad a todas sus acciones y Aarón se apropió de las primeras ocasiones. Un tiro lejano desde la media luna en el minuto 17 y otro, en el 22, y que requirió la intervención de Falcón, portero herculano, mostraron la incipiente supremacía del Elche. La movilidad y rapidez de los jugadores franjiverdes estaba haciendo daño al Hércules.

El Hércules poco a poco perdía el control del partido. El centro del centro del campo blanquiazul no encontraba el modo de conectar con sus atacantes. Fue el día en que Rivas y Mario Rosas nunca supieron qué hacer con la pelota, asfixiados por la presión ilicitana. El Elche empujaba, robaba y abría la pelota a las bandas, ocupadas por Xumetra y Fidel, que perforaban como puñales con sus internadas a la defensa herculana.

Aparece Xumetra
De nuevo en otro ataque ilicitano, en el minuto 35, Corominas buscó la pared en corto con Generelo, que ve el aclarado y le devuelve la pelota con un exquisito pase. Pero quien aparece no es Corominas, sino Xumetra, que rompe a la defensa herculana volando a velocidad de crucero, se planta solo ante el portero y define con elegancia. El gol recompensaba los méritos del Elche, claro dominador del partido.

Si la respuesta del Hércules pasaba por cambiar el rumbo tras el descanso, esta nunca tuvo oportunidad de manifestarse porque a los pocos minutos de la reanudación de la segunda parte el Elche sentenció el partido. Xumetra, el héroe de la noche, condujo un contragolpe de vértigo y cedió a placer a Corominas. El ayer nueve del Elche controló mal, pero su rapidez le permitió armar de nuevo y disparó antes de que los defensas pudieran arrebatarle la pelota. El tanto propició el atronador delirio la grada.

La clemencia del Elche
El gol dejó al Hércules contra las cuerdas. Otro galopada iniciada por Corominas puso en bandeja a Aarón el tercer tanto, pero Falcón detuvo. Y, sin embargo, el Elche paró. Aun con un Hércules rendido y abatido, el líder levantó el pie y no quiso hacer sangre. Decidió ahorrar fuerzas para futuras batallas y gestionó la media hora final con un fútbol control y prudente. En su noche perfecta de su impecable temporada y ante su odiado rival, el Elche tuvo piedad.

La compasión ilicitana no pareció molestarle a su afición, que coreaba y festejaba la victoria. Se trata del undécimo triunfo seguido en el Martínez Valero, un feudo inabordable durante todo el curso para sus rivales y que ayer tronaba de alegría con sus vítores. Sobre todo irradiaba felicidad absoluta. Queda todavía una vuelta entera, pero ya se sienten en Primera.