tag:blogger.com,1999:blog-78642448252714162302024-02-08T05:24:35.809+01:00La Cama del DeporteEste blog es una mirada muy personal sobre el mundo del deporte. Abierto en 2006, cuando un servidor tenía 16 años, el cuaderno es un recorrido íntimo de más de diez años: contiene desde las observaciones de un adolescente sobre sus pasiones -el fútbol, el baloncesto o la Fórmula 1- hasta las reflexiones actuales, muchas de ellas publicadas en prensa.factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.comBlogger114125tag:blogger.com,1999:blog-7864244825271416230.post-36536201491118396712021-08-05T22:19:00.002+02:002021-08-25T09:53:20.563+02:00Messi<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcep_3UtjJtOBDgcdmzbu2iYZb9AofM3JK8a9P3IF8aULAmldxi1zZDmPGOKJUYQeSe1F26xKuNePeyU_ub2isIJp0bAdeuunhyHf6JNqqxfJM1b737Ur7blhAHSg92wmb4dgE3PEhzZO8/s1200/Messi.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="630" data-original-width="1200" height="210" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcep_3UtjJtOBDgcdmzbu2iYZb9AofM3JK8a9P3IF8aULAmldxi1zZDmPGOKJUYQeSe1F26xKuNePeyU_ub2isIJp0bAdeuunhyHf6JNqqxfJM1b737Ur7blhAHSg92wmb4dgE3PEhzZO8/w400-h210/Messi.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Leo Messi. Foto: <a href="https://www.ole.com.ar/futbol-internacional/espana/increibles-numeros-messi-bernabeu_0_KvkdTcTf.html" target="_blank">DIARIO OLÉ</a></td></tr></tbody></table><br /><p>Muchos disfrutaron de su inmenso talento. Yo no. No pude ni supe: explíquenme cómo se disfruta de semejante bestia que vestía de azul y grana y cuyas hazañas castigaban al Real. Lo respeté y lo valoré, sí; aprecié el privilegio de contemplar a uno de los más grandes del Olimpo, consciente de presenciar en directo al talento más sublime que ha visto el fútbol español desde <b>Maradona</b>. Pero sobre todo lo temí y lo sufrí. Cada genialidad, cada brillante acción repetida con una asombrosa regularidad, era una puñalada para el madridista, para goce y deleite del culé. El desafío del Madrid fue mayúsculo: competir en la era de <b>Messi</b>. Y el corolario dejó sangre y lágrimas: el dolor de ceder el trono de la Liga durante diez años y la desazón de que la Orejona viajara a Barcelona cuatro veces. Por no hablar de la cuchillada casi persistente de los clásicos. Fue una pesadilla, un tormento que duró demasiados años. Se marcha el rival más temible que ha soportado y soportará el Real. Su leyenda elevó al fútbol español, enalteció a su club como ningún otro futbolista consiguió en su historia y propició que las victorias blancas tuvieran más mérito. No, no se derrotaba al Barça: se lograba la heroicidad de ganarle al Barça de <b>Messi</b>, otra cosa bien distinta.</p><p>Fue un honor, <b>Messi</b>.</p>factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7864244825271416230.post-56675895883383676732021-06-16T23:50:00.023+02:002023-07-31T10:44:31.500+02:00El adiós de Ramos<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNaOk2yMIKuEIutcZE77-LsMeMXNUuoEIub_nYwC9gWy8-4gg7y1pHMyTLKeIFpecLHfAr6zcXGkOX19QicVy3eeDoMp3dwdYULDPhNQDlBOiJix4w7ggE9m3TsilSjbJWdHLKjhNYiDTw/s1280/Ramos.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNaOk2yMIKuEIutcZE77-LsMeMXNUuoEIub_nYwC9gWy8-4gg7y1pHMyTLKeIFpecLHfAr6zcXGkOX19QicVy3eeDoMp3dwdYULDPhNQDlBOiJix4w7ggE9m3TsilSjbJWdHLKjhNYiDTw/w400-h225/Ramos.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Sergio Ramos, en Lisboa. Foto: <a href="https://www.foxsports.com.mx/sergio-ramos-y-el-gol-de-su-vida-en-lisboa-a-partir-de-ahora-me-puedo-morir-tranquilo_g31ccm/">FOXSPORT</a></td></tr></tbody></table><p style="text-align: justify;"><br />Enloquecí. Grité como un poseso. Descargué toda la rabia acumulada en 90 minutos de desesperación. Canté el gol como jamás lo había hecho en un partido de fútbol. Ningún gol superará al minuto 92, segundo 48. Tiempo después comprendí que en aquella celebración salvaje, rodeado de madridistas en trance, no explotaba sólo por la angustia de aquel tanto que se resistía, sino que en realidad me liberé de todos los demonios encerrados en una década de madridismo descarnado. En aquella final hubo tres goles más, pero el más importante fue el primero. Todos los madridistas lo sabíamos: si empatábamos aquel partido, la Décima era nuestra, nada nos iba a frenar. Pero antes había que derribar el dichoso muro rojiblanco. Y apareció él y puso fin a la agonía.</p><p style="text-align: justify;">Don <b>Sergio Ramos </b>era un futbolista destinado a la grandeza, pero hasta entonces su verdadera leyenda sólo se había exhibido en una gloriosa noche en Múnich. Su enorme potencial se vislumbraba todos los años, pero se perdía en una extraña irregularidad en cada temporada. Flotaba la sensación de que ofrecía menos de lo mucho que podía dar. Hasta que en la 11-12 se destapó como un excelente central, obra de <b>Mourinho</b>, por cierto. Nos dimos cuenta de que jamás habíamos tenido un defensa como él: rápido y poderoso, contundente y portentoso, insultantemente superior a sus rivales. Y partir de Lisboa se descubrió su gran don: el talento para ser decisivo en los días señalados. Una cualidad propia de un genio. </p><p style="text-align: justify;">El gol del minuto 92, segundo 48 encumbró al madridismo a los cielos y dio comienzo a la segunda época más gloriosa de la historia del club. <b>Ramos</b> lideró, junto con un ilustre portugués, el Real de las cuatro copas de Europa en cinco años. El camero levantó por tres ocasiones consecutivas el trofeo que más desea el madridismo. Esa etapa también mostró un capitán respetado en su vestuario y que representaba con holgura al club. Descubrimos la inusitada madurez de <b>Ramos</b>, que sólo se desvanecía con sus salidas caprichosas (aquella oferta de China). Las meteduras de pata de <b>Ramos</b>. Hoy no es el día de recordar eso. En la noche en la que el madridismo pierde uno de sus mejores estandartes sólo cabe lamentar su adiós y agradecerle todo cuanto dio al club. Es lo justo ante el fin de un futbolista irrepetible. El mejor defensa que vistió la camiseta blanca. El hombre de la Décima; el hombre que marcó el gol que más he celebrado en mi vida. Gracias por todo, don <b>Sergio Ramos</b>.</p><div><br /></div>factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7864244825271416230.post-26052344191685788772020-03-23T19:10:00.000+01:002020-04-10T16:03:12.937+02:00Lorenzo Sanz, el presidente de la Séptima<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiD0Ev9bDuIzc6su1eLA5_bFEP_gYIodoR4FjHXEIZQ5CnZkm96bTbEFSnXqN3gU5S2CJfZLDOEnW4hfPwE0I_LLpOfuMNCIIIRwAvAOq4gKhSLjtAmEoFl53zCFW19MnVdUM20kDTspBg7/s1600/Lorenzo+Sanz.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="853" data-original-width="1500" height="226" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiD0Ev9bDuIzc6su1eLA5_bFEP_gYIodoR4FjHXEIZQ5CnZkm96bTbEFSnXqN3gU5S2CJfZLDOEnW4hfPwE0I_LLpOfuMNCIIIRwAvAOq4gKhSLjtAmEoFl53zCFW19MnVdUM20kDTspBg7/s400/Lorenzo+Sanz.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Lorenzo Sanz, el 20 de mayo de 1998. Foto de Atlas (<a href="https://elpais.com/deportes/2020-03-21/muere-el-expresidente-del-real-madrid-lorenzo-sanz-a-los-76-anos-por-coronavirus.html" target="_blank">ARCHIVO EL PAÍS</a>).</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<b>Lorenzo Sanz</b> era un señor castizo, un buscavidas que desde la pobreza se labró un hueco en la vida a su manera, tosca pero astuta, sin elegancia ni clase, pero con olfato e instinto, y que devolvió al Real Madrid la gloria europea y recuperó el prestigio deportivo. Lo consiguió al estilo de los noventa, entre delirios de grandeza pero gestiones chapuceras. "Estamos aquí para recuperar nuestro sitio en la historia", proclamaba micrófono en mano ante el Bernabéu en el verano de 1996, durante la presentación de la temporada. Aquel curso fichó al mejor entrenador del mundo y reunió una de las mejores camadas de fichajes de siempre. Había sembrado el camino del Real del siglo XXI. </div>
<div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Era un madridista tradicionalista, del puro y las mocitas madrileñas, que captó el sentido global del fútbol aunque sin el talento ni la capacidad para desenvolverse en la nueva galaxia que se avecinaba. Un tipo familiar, paternalista y cercano con los jugadores; conocedor del juego, con buen ojo para fichar y muy, muy apasionado del Madrid, que era el centro de su universo; un hombre también de sombras y grises, involucrado en negocios turbios y con problemas con la Justicia, como muchos buscavidas. Su despedida de la Presidencia, en aquel verano del 2000, significó el final de una era: el adiós a los noventa y a los presidentes como <b>Sanz</b>. Había conseguido reescribir la historia, su gran deseo. Durante su mandato, el club desterró los éxitos europeos en blanco y negro e inició el Madrid moderno, el que todos conocemos hoy: respetado, temido y de nuevo hegemónico. Su legado para el madridismo es inmortal: legó el título más importante de su historia, la Séptima. Descanse en paz.</div>
factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7864244825271416230.post-58344991199611825622020-03-20T18:04:00.000+01:002020-07-14T21:19:29.962+02:00Recuerdos de un Mundial (I): Italia 1990<div style="text-align: justify;">
Fue el Mundial que conquistó la Alemania de <b>Matthäus </b>(y con <b>Bodo Illgner</b> de portero). La <i>Mannschaft </i>sumó su tercera corona, igualaba a Brasil e Italia e inmortalizó que "el fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan once contra once y siempre ganan los alemanes". La <b>Alemania Federal</b>, en tiempos donde la URSS aún existía, apeó a la Holanda campeona de Europa (<b>Gullit</b>, <b>Rijkaard </b>y <b>Van Basten</b>) y a una de las mejores Inglaterra de su historia (<b>Gascoigne</b>). Pero también fue la Copa del Mundo que <b>el Pelusa </b>dejó escapar. La albiceleste, ebria de felicidad con México 86, acarició la gloria infinita del Olimpo del fútbol (como los germanos, podía empatar en entorchados con brasileños e italianos), pero empezó con un sonoro ridículo ante Camerún. Fue también el Mundial en el que Italia pitó el himno argentino y <b>Maradona </b>(leyenda viva ya del Nápoles, con dos Scudettos en San Paolo) se revolvía contra la grada, mascullando "hijosdeputa".</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Italia renovó sus estadios y acogía de nuevo una Copa del Mundo tras su cita del 34 (con <b>Mussolini </b>en el palco). El Calcio vivía su era dorada: el Milan de <b>Sacchi</b> reinaba en Europa, <b>Platini </b>se erigía en mariscal de la Juve, el Nápoles sobrecogía el norte italiano y el Inter brillaba con sus tres alemanes campeones mundialistas (<b>Matthäus</b>, <b>Brehme </b>y <b>Klinsmann</b>). La <i>azurra </i>presumía de su nuevo bambino de oro, su 10 fantasista, <b>Roberto Baggio</b>, joven perla de la Serie A y recién fichado por la Juve. Pero cayó en semis, derrotada por <b>Maradona</b>. ¿Y España? Ay, España, presa de su malditismo histórico. No pasó de octavos, eliminada por Yugoslavia. Antes, <b>Míchel</b> exhibió su icónico grito: "Me lo merezco". No fue tampoco un Mundial reluciente en juego: hubo pocos goles, muchos pases al portero (el detonante para instaurar la cesión) y demasiadas tandas de penalti. Pero siempre me gustó su canción, la estética de sus camisetas y las historias que dejó para la posteridad.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/Jh3IpG5GuzI/0.jpg" frameborder="0" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/Jh3IpG5GuzI?feature=player_embedded" width="320"></iframe></div>
<br />factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7864244825271416230.post-65813156372916923932019-09-23T20:29:00.001+02:002020-04-10T16:33:21.687+02:00Los años oscuros del Real Madrid de baloncesto<div style="text-align: justify;">
El Real Madrid de baloncesto se vuelve a proclamar campeón de un título, la Supercopa de España, y el madridismo, que saborea con deleite esta bella época de esplendor, se resiste a no olvidar. A pesar de los éxitos, el hincha merengue recuerda que no siempre fue así. La memoria tiene presente que durante muchos años sufrió y padeció con la sección de baloncesto, más incluso que con el fútbol. Desde que el Real Madrid de <b>Pablo Laso</b> se instaló en la excelencia competitiva, que le ha llevado a disputar prácticamente todas las finales (25 de 34 posibles), con triunfo en la mayoría de ellas (18 campeonatos), el madridismo disfruta con el regusto de haber dejado atrás la pesadilla que tanto tiempo duró. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hoy llueven los elogios al equipo blanco, el <i>lasismo </i>es una referencia y la trayectoria del club es extraordinaria. El Barcelona, anclado a la sombra de su eterno rival durante más de un lustro, descarga este verano un sobresfuerzo económico para poder desbancar al equipo que rige con puño de hierro el baloncesto español. Pero no hace mucho ambos clubes afrontaban realidades diferentes: el Barça reinaba mientras el Madrid naufragaba, con equipos impotentes que acumularon decepciones y fracasos estrepitosos. Aquella época decadente perduró casi dos décadas y sumió en una depresión al madridismo, acostumbrado históricamente a pugnar por la victoria.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQ9DKeNmMrl2ZX8S2erZmnI7_NVklWuR0qIZxFW5yeSqDVpfhtVv80ltvJkYPwXKjzTsjnJqW1CPuepMUIgsZaUV-2Ud1xxo8PUBYU7uWRQ6jnrye9sa5i9BZjDcaospWh8LLOFpN5msJR/s1600/15288263578288.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="485" data-original-width="660" height="292" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQ9DKeNmMrl2ZX8S2erZmnI7_NVklWuR0qIZxFW5yeSqDVpfhtVv80ltvJkYPwXKjzTsjnJqW1CPuepMUIgsZaUV-2Ud1xxo8PUBYU7uWRQ6jnrye9sa5i9BZjDcaospWh8LLOFpN5msJR/s400/15288263578288.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Alberto Herreros lanza el triple ganador de la final de la ACB 04/05. Foto de Real Madrid.com.</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cómo no olvidar que <b>Alberto Herreros</b>, antimadridista confeso en los noventa y última gran estrella del baloncesto nacional hasta la irrupción de los ‘Júniors de Oro’, abandonó en 1996 Estudiantes por el Real Madrid para ganar títulos y acabó su carrera en 2005 con solamente una Recopa europea y dos Ligas en su poder. Y habría ganado menos de no ser por su triple milagroso ante el TAU Vitoria. Un anotador excelso condenado a la mediocridad, sumando fiascos año tras año y que se retiró "cansado de perder finales", como él mismo reconocía. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cómo no olvidar jamás que el Real Madrid no participó en ninguna Final Four de la Euroliga en la primera década del milenio. Pasaban los años y el Real Madrid, rey de reyes en Europa, se ausentaba de la gran cita del baloncesto continental. Surgieron generaciones de madridistas que nunca habían visto a su equipo en una final de la máxima competición europea. Un servidor, que se enamoró del baloncesto a mediados del 2000, tuvo que esperar hasta el año 2011 para contemplar por primera vez al Real Madrid en una Final Four.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cómo no olvidar tampoco que el Real Madrid finalizó una temporada en… ¡la décima posición! El equipo merengue se quedó por primera vez fuera del <i>play off</i> de la ACB en el curso 02/03, firmando un ridículo espantoso mientras el fastuoso Barça de Bodiroga se coronaba en la Euroliga. Aquel plantel, a los mandos de <b>Javier Imbroda</b>, que había cambiado la Selección española por el Raimundo Saporta, reunía viejas guardias nacionales, como los hermanos <b>Angulo </b>(el tirador <b>Alberto </b>y el defensivo<b> Lucio</b>), el veterano <b>Alfonso Reyes</b> y el propio Herreros, además de exjugadores del Barça como <b>Alain Digbeu</b> y <b>Derrick Alston</b>. No formaban un mal <i>roster</i>, a priori. Pero el año resultó horrible. Eliminado en primera ronda de la Copa del Rey y en la primera fase de la Euroliga, aquel conjunto protagonizó la peor temporada de la historia del Real Madrid.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cómo no olvidar de ninguna manera que en la temporada 03-04 el Real Madrid dejó escapar un título menor, pero un título al fin y al cabo, al perder la final de la Copa ULEB contra el discreto pero digno Hapoel Jerusalén. El argentino <b>Julio Lamas</b> era el entrenador y la plantilla, aunque pobre en calidad, tenía como mejores jugadores al fiable base estadounidense <b>Elmer Bennett</b> y al prometedor <b>Kaspars</b> <b>Kambala</b>, un pivot letón de fantásticos movimientos pero más recordado por su patada voladora en un <i>derbi</i>. El Madrid tropezaba otra vez en cuartos de la Copa del Rey y en Liga era eliminado en cuartos por Estudiantes, que vivía su última etapa dorada. El club merengue, por el contrario, sumaba su cuarta temporada en blanco. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2bRrNCf9eIqA-NBDxiHA5IXO9ALuOjx66DtJAqwjKBfpwebZQVDrIi9I73Fcp3tgl6uyNRY3PBv46fC7pxucjovJSgiDuuFBWTKGAcOvxlAWguKsfJGFHHQelIJQwWc305BpyI4_E041U/s1600/n_real_madrid_baloncesto-2002.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="399" data-original-width="597" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2bRrNCf9eIqA-NBDxiHA5IXO9ALuOjx66DtJAqwjKBfpwebZQVDrIi9I73Fcp3tgl6uyNRY3PBv46fC7pxucjovJSgiDuuFBWTKGAcOvxlAWguKsfJGFHHQelIJQwWc305BpyI4_E041U/s400/n_real_madrid_baloncesto-2002.jpeg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Plantilla del Real Madrid de la temporada 02/03. Foto de <a href="https://madridistareal.com/blancoyenbotella-gracias-laso/">Madridistareal.com</a>.</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
Cómo no olvidar nunca las heridas de los clásicos, aquella sensación de inferioridad en cada enfrentamiento ante el Barça. Los azulgranas doblegaban al Madrid con frecuencia, sometiéndole en ocasiones a resultados dolorosos, con <b>Navarro </b>como líder, auténtica bestia negra de los blancos. El escolta llegó a anotar 33 puntos a los merengues. Nunca desaprovechó una oportunidad para hacer sangre en los clásicos. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y cómo no olvidar las reiteradas amenazas del cierre de la sección, que han sobrevolado tradicionalmente el club. A finales de los noventa, las penurias deportivas mermaron las arcas, un agravio que se añadía a la penosa gestión económica de los directivos. En la etapa de Florentino, son numerosas las ocasiones en las que el presidente avisaba de que “la sección de baloncesto no es rentable, genera más pérdidas que ingresos”. Todavía hoy lo sigue diciendo en público.<br />
<br />
<b><span style="font-size: large;">La triste decadencia</span></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ahora parece increíble, pero durante muchos años el Real Madrid era un club mediocre en el baloncesto. Desde 1996 hasta 2011 apenas cosechó cinco trofeos. El periplo oscuro comenzó tras la etapa de <b>Sabonis </b>y duró hasta la irrupción de Pablo Laso. En total, son 15 temporadas en las que el conjunto blanco ganó tres Ligas (99/00, 04/05 y 06/07), una Recopa de Europa (96/97) y una Copa ULEB (06/07). Nada más. Además, el Real Madrid perdió dos finales ACB (96/97 y 00/01), cayó en cinco finales de la Copa del Rey (00/01, 04/05, 06/07, 09/10 y 10/11) y fue derrotado en una final de la Copa ULEB (03/04). Y, para más inri, el Real Madrid, que siempre ha sido el más laureado de la Copa de Europa, acumuló 15 años sin pisar la Final Four.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El Real Madrid no sólo cedió en la batalla que libra desde los ochenta con el Barcelona por la hegemonía del baloncesto nacional, sino que además claudicó ante la segunda línea de la ACB: Baskonia, Málaga y Valencia. Incluso flaqueó contra su vecino, el Estudiantes, superior a los blancos durante varias temporadas. El ocaso también sucedió en Europa. El viejo dominador del continente desapareció de la élite, contemplando cómo los históricos CSKA y Maccabi Tel Aviv aumentaban su palmarés (ambos poseen 8 y 6 Euroligas, respectivamente) y cómo los griegos Panathinaikos y Olympiacos (con 6 y 3 entorchados, respectivamente) se abrían paso en la cima europea.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No todo fueron penurias: el club logró victorias importantes, que invitaban a soñar con el optimismo. Pero resultaron efímeras alegrías en una travesía por el desierto. <b>Obradovic </b>dirigía, <b>Arlaukas </b>mandaba en la pintura y Bodiroga y Herreros lideraban el perímetro en los primeros años sin Sabonis, pero sucumbieron ante el Barça de <b>Aíto</b> y <b>Dueñas</b>. Después, <b>Scariolo </b>condujo un buen equipo, con <b>Raúl López</b>, <b>Djordevic </b>y <b>Tabak</b>, pero perdedor ante el ciclón de <b>Pau Gasol </b>en 2001 y el vendaval que fue aquel Barça de Navarro, Bodiroga y <b>Fucka</b>,<b> </b>que consiguió su primera y ansiada Euroliga en 2003, amén del triplete.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7EGz2dHQRgRFxERHDl8-eqlOhYRdL4bx9fu75AE7H1d6um06Emz9rTJEtJUbtABSXCwmY0F5wriXfInpibgXdW3WQNjPsNI7wXK-FpjXjjftVT1YphI9J5xjZ37NHLxbjXjkfUtoa0D8E/s1600/Louis+Bullock.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="427" data-original-width="640" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7EGz2dHQRgRFxERHDl8-eqlOhYRdL4bx9fu75AE7H1d6um06Emz9rTJEtJUbtABSXCwmY0F5wriXfInpibgXdW3WQNjPsNI7wXK-FpjXjjftVT1YphI9J5xjZ37NHLxbjXjkfUtoa0D8E/s400/Louis+Bullock.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Louis Bullock, en la temporada 06/07. Foto de Europa Press.</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
Y hubo especialmente tres periodos esperanzadores para el madridismo: tres proyectos ilusionantes que obtuvieron el éxito pero se apagaron antes de tiempo, anulados por la falta de continuidad. Es el periodo de <b>Maljković </b>y los fichajes de <b>Louis Bullock </b>y<b> Felipe Reyes,</b> que elevaron el nivel del equipo hasta el punto de disputar finales (2005) tras cinco años ausente; duró dos años, en el segundo curso el proyecto se vino abajo. Es también la etapa de<b> Joan Plaza</b>, que cosechó un doblete (Liga y Copa ULEB; y además se plantó en la final de la Copa del Rey, perdida ante los azulgranas), pero que se desvaneció un año después, pese a terminar primero en la clasificación, derrotado en primera ronda ante el octavo clasificado, Unicaja –sorpresón-. Otro proyecto dilapidado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y finalmente la era de <b>Messina</b>, un técnico que aterrizó con el aval de su palmarés y que hizo acopio de un buen puñado de jóvenes perlas (<b>Llull</b>, <b>Tomic </b>y <b>Sergio Rodríguez</b>) y de veteranos de la Liga (<b>Garbajosa </b>y <b>Prigioni</b>). Pero no pudo hacer frente a otro brillante Barça, que alzó su segunda Euroliga con Navarro –nuevamente-, <b>Pete</b> <b>Mickeal </b>y <b>Ricky Rubio</b>. Aun así, el entrenador italiano volvió a situar al equipo en las finales de la Copa, saldadas con dos derrotas y, aunque ya fuera del club tras dimitir meses antes, su sucesor, <b>Molin</b>, rompió el maleficio en 2011 al entrar en la Final Four, un hecho insólito desde 1996.<br />
<br />
<b><span style="font-size: large;">El fin de la era ominosa</span></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los designios del Real Madrid cambiaron con Pablo Laso. La andadura del vitoriano empezó con un derroche de aire fresco en el juego, veloz y anotador, que le colocó en la pista de baile de los grandes, tuteando al Barcelona. Al fin ganó la Copa del Rey (11/12), tras 19 años de sequía, pero perdió en la pelea por el título de Liga. Al año siguiente las tornas se volvieron: el Madrid cedió en Copa, pero capturó la Liga (12/13); siempre con el Barça de rival. El equipo blanco alcanzó un nivel ofensivo exuberante, nunca visto en el Madrid durante todo el siglo XXI.<br />
<br />
El <i>lasismo</i>, cuya trayectoria se encuentra en vías de canonización, conjugó al inicio victorias de relumbrón, pero también derrotas muy sonadas (las dos finales perdidas en la Euroliga, en la temporada 12/13 y en la 13/14). Sin embargo, la mecha estaba prendida. El Madrid se encaminaba hacia la reconquista de la gloria perdida. La temporada 14/15 fue la obra maestra de Laso: pleno de títulos, con un imponente repóquer en un mismo curso (Supercopa española, Copa del Rey, Euroliga, Liga nacional e Intercontinental). Alberto Herreros, la leyenda del Madrid de entreguerras, se redimía en los despachos. El Real Madrid había conseguido la ansiada continuidad, clave para erigirse en lo que es hoy: un tótem hegemónico.</div>
factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7864244825271416230.post-71549170722228686192019-03-06T00:00:00.000+01:002019-03-06T03:08:27.078+01:00El fin de una era<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiR80IyQ-emYaFjfZuEawZfSqBTuwXocIiwUn89khOurUb14AwklcqGORQn-r8Kt8eM5FAJA3T7qncx9mFFUU2fE1IQDvwbYPDl-pPrfehJjsnGkLEWtKdwTjHkOj8cdF0Uo3Nm8rEsDvkH/s1600/1551810980_283420_1551822411_noticia_normal.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="675" data-original-width="1200" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiR80IyQ-emYaFjfZuEawZfSqBTuwXocIiwUn89khOurUb14AwklcqGORQn-r8Kt8eM5FAJA3T7qncx9mFFUU2fE1IQDvwbYPDl-pPrfehJjsnGkLEWtKdwTjHkOj8cdF0Uo3Nm8rEsDvkH/s320/1551810980_283420_1551822411_noticia_normal.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
De
repente, el madridista retrocedió una década. El Madrid tiró la temporada apeado
en los octavos de final de la Copa de Europa, eliminado y sin títulos. Como en
una amarga noche cualquiera de 2009. El madridismo vuelve a sentir sensaciones que
creía enterradas en un lustro de felicidad europea: el ardor de la derrota imprevista,
la frustración de saberse impotente y la sonrisa del antimadridista asomando. El Real se despoja de su corona en un escenario que su hincha no tolera: perder se acepta, pero
no se concibe abandonar el cetro lejos de la élite en la que se codeó y dominó.
Fuera de su salón habitual de baile, volviendo -insisto- a las noches aciagas
de Lyon en 2009.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Es
cierto: es el fin de una era. Y la memoria exige gratitud eterna a un equipo
que dio alegrías únicas al madridista, que gozó de hazañas que antes sólo pudo soñar. Recalquemos, por si alguien
no lo ha valorado suficientemente: más de mil días como rey de Europa, cuatro copas de
Europa en cinco años. ¿Cómo hacer un reproche? Pero el agradecimiento eterno no
es incompatible con la reivindicación diaria de un aficionado exigente por razón
de ser. Debemos reconocerlo: la planificación de la era <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Después de Cristiano</i> ha sido pésima. Los síntomas, que solo Zidane
advirtió, ya afloraron el año pasado, se evidenciaron durante esta temporada y ahora, en una semana trágica, se revolvieron en la cara del madridista.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Modric
lo expresó con claridad: se traspasó al mejor goleador de todos los tiempos y en su lugar se optó por no incorporar a nadie. Entonces se vio como un riesgo, hoy se contempla
como un grave error. A cambio se fio todo, añadía Modric, a que los futbolistas de la plantilla -Bale, Benzema, Isco, Asensio- dieran un paso adelante. Pudo pasar, pero no ocurrió. Y el Madrid lo acusó estrepitosamente en la 18/19. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">El gol
lo es todo en el fútbol: salva partidos en los que el juego naufraga. Quién sabe qué hubiera sucedido con pólvora este año: qué partidos se habrían
maquillado, qué puntos no se habrían desaprovechado, qué devenir de una eliminatoria
copera podría haber cambiado. Los detalles caprichosos del fútbol. Pero esta observación es un ejercicio ficticio, que evita analizar un trasfondo más hondo aún. Porque más allá de los (no) goles y la estrategia deportiva, el rendimiento de muchos futbolistas fue deplorable; el entrenador inicial, Lopetegui, se quedó sin tiempo para plasmar su libreto, bloqueado por los resultados y también incapaz de levantar a sus pupilos; y el técnico sustituto, Solari, se encontró con un marrón y su mejor logro, la racha de enero, terminó en espejismo, devorado por la realidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Consumado el fracaso, es el
momento de tomar decisiones. Y bien estudiadas. Hasta junio, hay tres meses
inanes para calcular los pasos y no cometer errores. Primero, un entrenador. Un nuevo técnico que marque un nuevo
rumbo. Por bien intencionado que fuera Solari, su andadura queda ya condicionada por esta temporada. Segundo, sentencias duras. Toca renovar los
pesos pesados. No necesariamente deben ser medidas abruptas. Jugadores queridos por
la afición, los símbolos, pueden pasar a ocupar un rol secundario. Pero el nuevo
Madrid ya no puede erigirse en torno a Modric. La columna vertebral, tan exitosa en el pasado, tan fallida hoy día, ya no puede ser la misma. Tercero, gastarse la pasta. La
nueva política de contratar jugadores jóvenes es un acierto, pero incompleta para las aspiraciones del Madrid. Nunca se debió de tomar en serio las críticas que recriminaban "el uso del talonario": se picó el anzuelo. Sin jugadores de alto nivel, no se puede
competir en la élite salvaje del fútbol. Y hoy el Madrid necesita un salto de calidad. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Y un crack. Si puede ser,
hay que fichar un crack. El vacío es evidente desde que se fue el Siete. Una estrella que guíe el nuevo proyecto y marque diferencias. </span>Por
fortuna, el edificio no hay que derruirlo. El grupo de las jóvenes perlas -Vinicius, Reguilón, Ceballos,
Llorente e incluso el defenestrado Asensio- es buena materia prima para reconstruir el equipo. Y todavía son aprovechables otros miembros de la plantilla. No todo se ha hecho mal.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Renacer no supone una aventura inédita para el Madrid. Siempre lo ha hecho en su historia, para delirio de sus hinchas y desazón de sus adversarios. Volverá: la 18/19 queda ya como una tregua para sus rivales, que al fin descansan de la tiranía blanca.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7864244825271416230.post-35235983886815607842018-07-28T12:13:00.000+02:002019-08-28T01:12:47.481+02:00Después de Cristiano<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuPIqc-XbfMSoM2AxN-2DdRzxTJ-jGJFRWRjI_2tG8iof3KSblBsVxwBY5xb0JU5bcOU8R-eZsAfHdFqJ9m-HphYcW_4vdhrrb4Xwy_epPOON0XLw1ZPd6A85cAxVuSgwp4gAh7su9yaTM/s1600/Cristiano+Ronaldo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1067" data-original-width="1600" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuPIqc-XbfMSoM2AxN-2DdRzxTJ-jGJFRWRjI_2tG8iof3KSblBsVxwBY5xb0JU5bcOU8R-eZsAfHdFqJ9m-HphYcW_4vdhrrb4Xwy_epPOON0XLw1ZPd6A85cAxVuSgwp4gAh7su9yaTM/s320/Cristiano+Ronaldo.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Cristiano Ronaldo. Foto de <a href="https://deportes.televisa.com/futbol-internacional/la-historia-cristiano-ronaldo-real-madrid/" target="_blank">Getty Imágenes</a>.</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Ningún jugador está por encima de una camiseta ni de un equipo, se suele afirmar con firmeza entre los hinchas. Pero sólo un futbolista extraordinario como <b>Cristiano Ronaldo</b>, cuya irrupción marcó un punto de inflexión en el Real Madrid, podría hacer que se tambaleara esta sentencia, tan vieja como el fútbol. El traspaso del portugués significa también el fin de una era, ya que establece en los libros de la Historia del club blanco un <i>Antes de Cristiano</i> y un <i>Después de Cristiano</i>. El 'siete' se despide después de rubricar 450 goles en 438 partidos, con una salvaje media de 50 tantos por temporada y que, sobre todo, ha dado cuatro Copas de Europa. Quizá no sea el jugador más querido para el madridismo, ni tampoco resulte el más admirado, pero sí es el futbolista más importante desde <b>Alfredo Di Stéfano</b>: es el jugador que más y mejor ha rendido con el Real Madrid.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A Cristiano siempre hay que valorarlo en el campo, me comentaba con lucidez un amigo, gran hincha madridista. Y es cierto. La grandeza del delantero se percibe en el césped. Sin embargo, toda su figura forma parte del mismo paquete: el propio carácter egocéntrico, tan guardián de sí mismo y tan necesitado de adulación, explica también una tenacidad inigualable y una feroz voluntad de superación. Su voracidad, su hambre de marcar goles en cada partido por insignificante que resultara, ya constituye una marca registrada. Como todos los genios, es alguien especial, lo que incluye soportar sus celebraciones, sus gestos y sus declaraciones. Esa personalidad determina su dimensión como futbolista. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Durante muchos años al portugués se le privó de la catalogación de genio, relegado a una segunda categoría de estrella. Nada más lejos de la realidad. Su duelo en tiempo y espacio con <b>Lionel Messi</b> representa una de las grandes epopeyas del deporte, similar a la que firmaron <b>Magic Johnson</b> y <b>Larry Bird</b> y protagonizan todavía <b>Roger Federer</b> y <b>Rafa Nadal</b>. Sólo el portugués ha logrado el privilegio de tutear al astro argentino, a quien llegó a derrotar en más de una temporada; y ese mérito, que entroniza su carrera, únicamente está al alcance de un genio. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Las despedidas deparan (casi) siempre un regusto amargo, máxime para un madridismo aún dolorido por el adiós de <b>Zinedine Zidane</b>. No caben tampoco reproches para Cristiano. No deberían. El crack, que llegó como un extremo y mutó a supergoleador, dio su mejor fútbol al club blanco, lo catapultó a la cima de la Copa de Europa y se marcha sin arrastrar ni un minuto de decadencia. El madridismo deberá aprender a convivir sin su jugador franquicia y a sobrevivir a su recuerdo. La leyenda queda ahora como modelo de máxima exigencia para todo futbolista que persiga la gloria en el Real. Empieza la era <i>Después de Cristiano</i>.<br />
<br />
<i>*Artículo de opinión publicado en el diario <a href="https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2018/07/11/despues-cristiano/937465.html" target="_blank">La Opinión de Murcia</a>.</i></div>
<br />factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7864244825271416230.post-41658950149818463142018-07-21T18:02:00.000+02:002019-08-28T01:14:25.249+02:00El ejemplo de Maradona<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgT6pqdu5diTvt-1orGJOJjEzT62fSEZkLxMHWHYQCjLQNprlvNJ0h_7JZEE02AAIgpS3JYIP6elG0UklkrqYCzfr1krfy2mtyzZFX4U4TwV7Ofw-jY0aas0GEE6AAQy_WWJ8ahrLGUMAEk/s1600/1530082288_851403_1530084388_album_normal.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="654" data-original-width="980" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgT6pqdu5diTvt-1orGJOJjEzT62fSEZkLxMHWHYQCjLQNprlvNJ0h_7JZEE02AAIgpS3JYIP6elG0UklkrqYCzfr1krfy2mtyzZFX4U4TwV7Ofw-jY0aas0GEE6AAQy_WWJ8ahrLGUMAEk/s400/1530082288_851403_1530084388_album_normal.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Maradona, en el palco del estadio Krestovski. Foto de Gabriel Bouys (<a href="https://elpais.com/elpais/2018/06/27/album/1530082288_851403.html#foto_gal_1" target="_blank">AFP</a>) </td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Para quienes el nombre de <b>Diego Armando Maradona</b> se remonta a recopilaciones de brillantes jugadas en YouTube y a letras escritas en mayúsculas en los libros de Historia (del fútbol), la figura del astro argentino está exenta de toda divinidad. Es decir, quienes no somos argentinos ni crecimos antes de los noventa hemos conocido a otro Maradona, acostumbrados a sus caídas, sus salidas de tono y sus resurrecciones. Por eso nos duelen menos ni nos sonrojan tanto las últimas escenas del ‘Pelusa’ en el estadio de San Petersburgo, con su celebración celestial primero, sus insultos después y, finalmente, su desalojo asistido del palco.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
«Dio una imagen lamentable, no es un ejemplo para los niños», analizaban en las tertulias, cargando por su comportamiento. De nuevo se exigen conductas impolutas a los deportistas, como si los malos ejemplos no sirvieran tampoco para educar, empeñados en desterrar los errores y en endulzar actitudes perfectas, como si los pecados no existieran. Es indudable que la exquisita educación de atletas como <b>Pau Gasol</b> o la deportividad intachable de <b>Rafa Nadal</b> son un regalo para quienes tienen en sus manos la formación de un joven; pero no resulta menos cierto que paradigmas como el de Maradona también ayudan a entender la complejidad de la vida como modelos de caminos torcidos y como una manera de descubrir lo que no se debería hacer.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y en esa misión, la biografía de la leyenda argentina es una lección: el pibe que salió de la miseria y se erigió en un futbolista sublime, que enamoró a todos los hinchas con un fútbol antológico, que dos veces conquistó el Scudetto en los años más lustrosos del Calcio italiano y que condujo a todo un país a la cima de la Copa del Mundo; el mismo hombre que, convertido en deidad, arrastró sus días de gloria y fama hacia el fango, devorado por su propia figura e inmerso en problemas de salud y adicciones. «Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha», dijo, genial, Maradona en su despedida del fútbol, a modo de epitafio. La mancha de una persona, tan humana como todas, no empaña el legado futbolístico de Maradona. Las luces se admiran, pero de las sombras se aprende aún más.<br />
<br />
<i style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">*Artículo de opinión publicado en el diario <a href="https://blogs.laopiniondemurcia.es/buenosdias/francisco-valero/2018/06/29/el-ejemplo-de-maradona/" target="_blank">La Opinión de Murcia</a>.</i></div>
factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7864244825271416230.post-17613987884993439262018-06-02T01:16:00.000+02:002019-08-28T01:21:44.389+02:00Zizou y su legado único<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZDtIhO_W-Qv51PG2mLuer8qWc_Oo1EokFosiuhBUkUGX8rHpL8QuYNn9maoSScC9XK2UFUOZdN_10gVDDDOJAJgsbY0o2Y62MD5WP1as4mXez3PPBX4fVF9PCk37L9eUjenWOHelkOO_1/s1600/Zidane.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="349" data-original-width="618" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZDtIhO_W-Qv51PG2mLuer8qWc_Oo1EokFosiuhBUkUGX8rHpL8QuYNn9maoSScC9XK2UFUOZdN_10gVDDDOJAJgsbY0o2Y62MD5WP1as4mXez3PPBX4fVF9PCk37L9eUjenWOHelkOO_1/s400/Zidane.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Zinedine Zidane, junto con Florentino Pérez, el día de su adiós. Foto de <i><a href="https://www.abc.es/deportes/real-madrid/abci-real-madrid-zidane-real-madrid-hasta-luego-pero-este-club-necesita-cambio-para-seguir-ganando-201805311358_noticia.html" target="_blank">ABC</a></i>.</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
«Tomé la decisión de no seguir el próximo año. Quiero mucho a este club», anunciaba <b>Zinedine Zidane</b>, sobrecogiendo el corazón del hincha madridista en su semana más placentera. «Después de tres años, el equipo necesita un cambio para seguir ganando». Sólo cinco días después de coronarse como campeón de Europa, el artífice de una obra irrepetible se despide y deja en el madridismo una sensación de orfandad, como sólo se puede sentir cuando le arrebatan su joya más preciada. No es para menos. El legado del francés es abrumador. No sólo por los títulos y su etapa triunfal, sino sobre todo por la dimensión de la figura de Zidane. Zizou es un tipo especial. Puro carisma. El hombre que lo ha conseguido todo en el fútbol es el mismo que responde que su mejor recuerdo es su presentación como jugador del Real Madrid. «Era un sueño». Es el mismo que se retiró como futbolista antes de sufrir su ocaso, perdonando un último año de contrato; y es el mismo que ahora se marcha en la cima como técnico del Real.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El madridismo se queda sin su gran fetiche. Zidane ha sido un regalo: como jugador, por su fútbol elegante, su clase en el verde y su volea inolvidable en Glasgow; y sobre todo como entrenador, cuyo brillante periplo sorprendió a todos. Nadie esperaba la hoja de ruta que trazó en el banquillo blanco. Aceptó el reto de dirigir a un Madrid inmerso en una crisis y lo recuperó para colocarlo en la final de Milán. Después firmó una temporada perfecta, en juego y resultados, aprovechando al máximo su plantilla (manejaba dos onces competitivos). Reconvirtió a <b>Cristiano Ronaldo</b> y lo potenció, convenciéndole de la importancia de la suplencia, una idea impensable en otro tiempo para el portugués. Y rubricó su gestión con una tercera Copa de Europa consecutiva en su año más complicado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Tomó decisiones valientes, protegió a sus jugadores, pidió disculpas cuando se equivocó, asumió siempre la responsabilidad, se comportó impoluto con los árbitros y apagó los fuegos diarios del Bernabéu con serenidad. Y lo hizo desde la naturalidad aplastante, sin artificios ni imposturas, sino con su sonrisa, ya icónica. No hay ninguna mancha. Y así permanecerá en el imaginario madridista en el día en que anuncia su adiós. Aunque el madridismo suspira por un «hasta luego», no hay espacio para el reproche. Zidane se lo ha ganado.<br />
<br />
<i>*Artículo de opinión publicado en el diario <a href="https://blogs.laopiniondemurcia.es/buenosdias/francisco-valero/2018/06/01/zizou-y-su-legado-unico/" target="_blank">La Opinión de Murcia</a>.</i></div>
factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7864244825271416230.post-20438638936554124902018-05-30T14:15:00.000+02:002019-08-28T02:45:47.924+02:00La Decimotercera<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuuYr5H8MEOq75NE9bor65In3_-GbIbq3alriBJ5kSUkOg1ujjU1DDFbzwatMiYcmzA6e2cJPp8d4EjO6y5etArnb_X6hlOq3sAbMEbtauVgvGcDNiw5AVB2ffbxGR-ZT99NtNx5pfYTSO/s1600/BALE.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="842" data-original-width="1280" height="261" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuuYr5H8MEOq75NE9bor65In3_-GbIbq3alriBJ5kSUkOg1ujjU1DDFbzwatMiYcmzA6e2cJPp8d4EjO6y5etArnb_X6hlOq3sAbMEbtauVgvGcDNiw5AVB2ffbxGR-ZT99NtNx5pfYTSO/s400/BALE.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Gareth Bale, en el minuto 64. Foto de <a href="http://www.elcorreogallego.es/deportes/ecg/chilena-bale/idEdicion-2018-05-26/idNoticia-1117452/" target="_blank">Robert Ghement (Efe)</a></td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #222222; font-family: inherit;">Los detalles resuelven el fútbol. La final de Kiev deparó las lágrimas de un portero desdichado en el peor momento, pero también dejó la extraordinaria imagen de un gol de chilena en el instante más decisivo, como es la cima de la Copa de Europa. En un duelo hay otros factores importantes además de los detalles, por supuesto: detrás de los focos del golpeo estelar de Bale encontramos la soberbia actuación de Ramos y Varane anulando al tridente <i>red</i>, el recital silencioso de Benzema bailando su mejor vals y el trabajo de un equipo que capeó el fulgurante inicio del rival para sentirse dominador con el paso de los minutos. El juego pesa y fija el rumbo, aunque no decida tanto como una pelota caprichosa. De disgustos inoportunos bien sabe el madridismo, que se vio obligado a remar como nunca en el partido más angustioso de su historia moderna cuando Casillas –el héroe de tantas noches- salió a no se sabe dónde hasta que una hora después Sergio Ramos, en otro detalle crucial, puso fin a la agonía.</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="color: #222222; font-family: inherit;">La Decimotercera llegó sin respiro, casi atropellando las anteriores. Apenas da tiempo para valorar la dificultad que supone convertirse en campeón de Europa, no digamos ya la hazaña de conseguirlo en tres ocasiones de forma consecutiva. Mi generación se hizo madridista durante las tres Champions del 98 y al 2002 y sobrevaloró el mérito de la victoria: pasé toda una adolescencia sintiendo la amargura de la derrota. Por eso uno no olvida las seis eliminaciones en octavos ni los golpes de las semifinales; uno todavía recuerda las noches de Lyon, el desastre de la Roma, el dolor de la tanda de penaltis de 2012 y la debacle en Dortmund y su remontada truncada. Los fantasmas pasados siguen ahí, aunque los destierre la poderosa sonrisa de Zidane –cómo sonríe, otro gran detalle-. El madridista se siente ahora feliz, abrazado a Zizou, cuya figura es un regalo para el madridismo.</span></div>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"></span>factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7864244825271416230.post-6420924821826269292018-05-04T02:07:00.000+02:002019-08-28T02:09:22.568+02:00La final<div style="text-align: justify;">
22 días. Es el tiempo que queda para la cita de Kiev; es el tiempo que tiene el madridismo para saborear la espera. Después llegará la final, el partido será un infarto y, quién sabe, quizá se pierda y el estado de ánimo se torne en un drama. Pero antes de la taquicardia nadie puede despojarle al hincha blanco de sus días más hermosos y felices. Proezas como jugar cuatro de las últimas cinco finales de la Champions League recuerdan que el madridismo vive para sentir momentos como este. Es incomparable esa sensación. Un madridista promete lealtad eterna a sus colores y soporta tragos amargos (verbigracia: irregularidad en la Liga, clásicos vapuleados) para contar los días que le faltan para su final de la Copa de Europa.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En las jornadas previas al gran escaparate del fútbol, el madridismo se envuelve en historias únicas: los recuerdos de otras finales (que son muchas en este club), las odiseas de los aficionados que viajan a Kiev y el relato de las leyendas que evocan sus duelos en los grandes triunfos e incluso en las derrotas, como aquella tarde aciaga de París de 1981 en la que <b>Camacho </b>tuvo la gloria en sus botas con una vaselina marrada ante precisamente el Liverpool. Y, por supuesto, hay instantes de pánico, en los que se mira al rival como invencible (ciertamente la sonrisa de <b>Klopp </b>produce pavor) y se cree que la victoria será imposible. El respeto a la historia del adversario y la curiosidad por conocer con detalle a sus futbolistas también forman parte de la rutina del finalista.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Se equivocaría el madridista si no valora este periodo de dulce expectación; máxime cuando tiene los precedentes de los 32 años que transcurrieron entre la Sexta y la Séptima y las duras eliminaciones de los doce años entre la Novena y la Décima. El hincha del Real y su cuenta atrás para la final de la Copa de Europa: ¿Qué puede superar este momento?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>*Artículo de opinión publicado en el diario <a href="https://blogs.laopiniondemurcia.es/buenosdias/francisco-valero/2018/05/04/la-final/" target="_blank">La Opinión de Murcia</a>.</i></div>
factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7864244825271416230.post-59566684926197139332018-03-08T00:37:00.000+01:002019-08-28T02:37:51.397+02:00El Real y sus enigmas<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBIihXn-h5_3N94nzoL6TFRowoWBO2y82-vxdsXceKpLtNW9kyZ_I6JCfRDqPKFz8Z6p2a19pe4bYwRF0pN-sSddMLG67RmYv9xt8-gkbbqM42PIKjNpXvh6Shek1DDuMdqLQFDGLUFLPb/s1600/Christophe+Ena+-+AP.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="358" data-original-width="655" height="217" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBIihXn-h5_3N94nzoL6TFRowoWBO2y82-vxdsXceKpLtNW9kyZ_I6JCfRDqPKFz8Z6p2a19pe4bYwRF0pN-sSddMLG67RmYv9xt8-gkbbqM42PIKjNpXvh6Shek1DDuMdqLQFDGLUFLPb/s400/Christophe+Ena+-+AP.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Foto de <a href="http://www.lavanguardia.com/deportes/futbol/20180306/441314718108/psg-real-madrid-champions-league-mejores-imagenes.html" target="_blank">Christophe Ena (AP</a>)</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los caminos del Real Madrid son inescrutables. A ver qué analista descifra cómo es posible que el equipo que firma una de las mejores temporadas de su gloriosa historia (la 16/17 fue casi perfecta en juego, resultados y títulos) es el mismo que, meses después, deambula en la Liga, tira la Copa y aun así elimina a uno de los superfavoritos de Europa. Quién diablos entiende a este club. ¿Será capaz de terminar su <i>annus horribilis</i> en Kiev? El desafío es mayúsculo. E insólito. Ya lo era repetir como campeón de la Champions, nadie lo había conseguido hasta entonces, y lo logró: quién si no en la Copa de Europa, el Real en su competición fetiche. ¿Qué es la historia para un club acostumbrado a reescribirla? No pequemos ahora de euforia, el termómetro de la Liga no miente: cuando se rinde mal en el torneo doméstico implica que hay problemas futbolísticos sin resolver. Y la lógica invita a pensar que esas incógnitas se pueden pagar en Europa, ante los rivales más exigentes del continente. Pero también era increíble que este equipo no se pareciera al del curso pasado. En París, el Real volvió a reconocerse a sí mismo: en el duelo crucial, compitió sereno, inteligente y mortal, con el pulso de quien lleva afrontando eliminatorias con éxito desde hace un lustro. Visto así, sorprende que casi esos mismos jugadores patinaran con estrépito una semana antes, en Cornellá. Lo dicho: ¿quién descodifica a este club? Mientras sus hinchas siguen incrédulos, el Madrid ha alargado la tensión de la temporada hasta abril, se ha colado entre los ocho mejores de Europa y ha dado un serio aviso a sus adversarios al fulminar a una de sus mayores amenazas (¿o el PSG ya no es tan bueno ahora?). No es el que el Madrid siempre vuelve: es que nunca se va.<br />
<i><br /></i>
<i>*Artículo de opinión publicado en el diario <a href="https://blogs.laopiniondemurcia.es/buenosdias/francisco-valero/2018/03/09/el-real-y-sus-enigmas/" target="_blank">La Opinión de Murcia</a>.</i></div>
factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7864244825271416230.post-37312741730393921902017-12-14T02:57:00.000+01:002019-08-28T02:39:36.215+02:00El privilegio de ver a Xabi Alonso<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKvXA9V78x3mLTmZZq5Jg4RBSWUu9HrE_YwRqsnijq0-Cgi6HH47-lg-5lhXYO0u-lMvUtPbrC_vhor1FzhIqFh7KlwK0lxAKzWAdKiBIkU8Ld06lc5i7aB4dU95GVoxlYaiJ99G0j_Rnx/s1600/Xabi+Alonso.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="718" data-original-width="851" height="269" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKvXA9V78x3mLTmZZq5Jg4RBSWUu9HrE_YwRqsnijq0-Cgi6HH47-lg-5lhXYO0u-lMvUtPbrC_vhor1FzhIqFh7KlwK0lxAKzWAdKiBIkU8Ld06lc5i7aB4dU95GVoxlYaiJ99G0j_Rnx/s320/Xabi+Alonso.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Xabi Alonso - Foto de 'Ecos del Balón'</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD">Hace sólo
seis meses que Xabi Alonso, uno de los futbolistas más fascinantes de la última década, colgó las botas y su nombre vuelve
a resonar ahora tras una maravillosa entrevista en <i><a href="https://www.blogger.com/Hace%20s%C3%B3lo%20seis%20meses%20que%20Xabi%20Alonso,%20uno%20de%20los%20futbolistas%20m%C3%A1s%20fascinantes%20de%20la%20%C3%BAltima%20d%C3%A9cada,%20colg%C3%B3%20las%20botas%20y%20su%20nombre%20vuelve%20a%20resonar%20ahora%20tras%20una%20maravillosa%20entrevista%20en%20Ecos%20del%20Bal%C3%B3n.%20El%20tolosarra%20demuestra%20que%20explica%20tan%20bien%20el%20f%C3%BAtbol%20como%20lo%20practicaba,%20desentra%C3%B1ando%20con%20maestr%C3%ADa%20las%20claves%20de%20su%20oficio,%20el%20del%20mediocentro,%20mientras%20rememora%20su%20trayectoria%20como%20jugador%20de%20elite.%20Al%20principio%20%E2%80%9Cs%C3%B3lo%20jugaba%20al%20f%C3%BAtbol%E2%80%9D,%20a%C3%B1os%20despu%C3%A9s%20%E2%80%9Cjugaba%20y%20lo%20analizaba%E2%80%9D,%20cuenta%20al%20tiempo%20que%20desmenuza%20c%C3%B3mo%20afrontaba%20sus%20duelos%20con%20Messi,%20su%20fascinaci%C3%B3n%20por%20Valer%C3%B3n%20y%20su%20adaptaci%C3%B3n%20a%20la%20Premier,%20entre%20otros%20recuerdos.%20Xabi%20Alonso%20firm%C3%B3%20una%20carrera%20deportiva%20preciosa,%20que%20le%20llev%C3%B3%20a%20debutar%20en%20el%20equipo%20de%20su%20vida%20hasta%20competir%20en%20el%20club%20m%C3%A1s%20exigente%20del%20planeta,%20pasando%20por%20dos%20hist%C3%B3ricos%20de%20Inglaterra%20y%20Alemania;%20fue%20adem%C3%A1s%20dirigido%20por%20entrenadores%20tan%20dispares%20como%20exitosos%20y%20especiales%20(Ben%C3%ADtez,%20Mourinho,%20Guardiola,%20Aragon%C3%A9s,%20Del%20Bosque)%20y%20rubric%C3%B3%20su%20expediente%20con%20un%20periodo%20internacional%20de%20gloria%20en%20la%20Selecci%C3%B3n%20espa%C3%B1ola.%20El%20madridismo,%20que%20goz%C3%B3%20de%20sus%20mejores%20a%C3%B1os,%20encontr%C3%B3%20con%20%C3%A9l%20la%20pieza%20por%20la%20que%20tanto%20suspir%C3%B3,%20ausente%20durante%20muchas%20temporadas%20(desde%20Redondo):%20el%20gran%20centrocampista.%20Su%20constante%20evoluci%C3%B3n,%20su%20permanente%20meta%20por%20mejorar%20(%E2%80%9Csiempre%20he%20querido%20probarme%E2%80%9D),%20es%20un%20ejemplo%20para%20los%20que%20jugadores%20que%20vienen.%20Para%20los%20aficionados,%20queda%20en%20la%20memoria%20un%20estilo%20%C3%BAnico%20de%20desenvolverse%20en%20el%20c%C3%A9sped:%20el%20elegante%20mediocentro%20de%20exquisito%20golpeo,%20comprometido%20con%20su%20escudo,%20top%20en%20su%20posici%C3%B3n%20y%20que%20no%20dudaba%20en%20ir%20al%20suelo.%20O%20sea,%20puro%20f%C3%BAtbol." target="_blank">Ecos del Balón</a></i>. El tolosarra demuestra que explica tan bien el
fútbol como lo disputaba, desentrañando con maestría las claves de su oficio,
el del mediocentro, mientras rememora su trayectoria como jugador de élite. "Antes sólo jugaba al fútbol; en los últimos años jugaba y lo analizaba”, cuenta
al tiempo que desmenuza cómo afrontaba sus duelos contra Messi, su fascinación por
Valerón y su adaptación a la Premier, entre otros recuerdos. Xabi Alonso firmó
una carrera deportiva preciosa, que le llevó a debutar en el equipo de su vida hasta
competir en el club más exigente del planeta, pasando también por dos históricos de
Inglaterra y Alemania; fue además dirigido por entrenadores tan dispares como exitosos
y especiales (Benítez, Mourinho, Guardiola, Aragonés, Del Bosque) y rubricó su
expediente con un periodo internacional de gloria en la Selección española. El
madridismo, que gozó de sus mejores temporadas, encontró con él la pieza por la que
tanto suspiró, ausente durante mucho tiempo (desde Redondo): el gran
centrocampista. Su constante evolución, su permanente meta por mejorar (“siempre
he querido probarme”), es un ejemplo para los jugadores que vienen. Para
los aficionados, queda en la memoria un estilo único de desenvolverse en el
césped: el elegante mediocentro de exquisito golpeo, comprometido con su
escudo, <i>top</i> en su posición y que no
dudaba en ir al suelo. O sea, puro fútbol.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES-TRAD"><br /></span>
<span lang="ES-TRAD"><i>*Artículo de opinión publicado en el diario <a href="https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2017/12/15/privilegio-ver-xabi-alonso/883035.html" target="_blank">La Opinión de Murcia</a>.</i></span></div>
factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7864244825271416230.post-17805103716071210412017-11-19T16:01:00.000+01:002019-08-28T01:45:19.218+02:00El drama de Italia<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; color: #3a3a3a; font-size: 15px;">La lluvia cae, el sol se pone por poniente e Italia siempre es un rival temible en una Copa del Mundo. Un dogma imperecedero se resquebrajaba el pasado lunes en San Siro, cuando la selección italiana fue incapaz de salvar su trascendental duelo contra Suecia y se quedaba fuera del gran acontecimiento futbolístico del planeta por primera vez en casi sesenta años. Honores, ante todo, para Suecia, el verdugo y feliz clasificado. Las historias de los imposibles embellecen el deporte, pero un Mundial de fútbol sin Italia es una noticia (deportiva) asombrosa. Todavía muchos no nos los creemos. Como si nos dicen que el Madrid deja de jugar de blanco o que </span><span style="background-color: white; color: #3a3a3a; font-size: 15px;"><b>Rafa Nadal</b></span><span style="background-color: white; color: #3a3a3a; font-size: 15px;"> es realmente humano. Días antes del fatídico partido, en un diario italiano (según cita la agencia AFP) se comentaba que un campeonato mundial sin Italia "era más improbable que el aterrizaje en la Plaza de San Pedro de una nave espacial llegada de Saturno". El fiasco se ha sentido en tierras transalpinas como una hecatombe, como no podía ser de otra manera en un país que se considera inventor del </span><em style="background-color: white; color: #3a3a3a; font-size: 15px;">calcio</em><span style="background-color: white; color: #3a3a3a; font-size: 15px;"> (para los italianos, los orígenes del balompié se remontan al Medievo florentino). El fútbol italiano busca ahora razones, causas y culpables para soportar el drama. Que su mejor jugador hoy día sea </span><span style="background-color: white; color: #3a3a3a; font-size: 15px;"><b>Buffon</b></span><span style="background-color: white; color: #3a3a3a; font-size: 15px;">, el portero, tal vez constituya el primero de los síntomas en una </span><em style="background-color: white; color: #3a3a3a; font-size: 15px;">azzurra</em><span style="background-color: white; color: #3a3a3a; font-size: 15px;"> que históricamente alumbró delanteros y mediapuntas extraordinarios. El legendario guardameta dejó un dignísimo epitafio, aplaudiendo el himno sueco frente a los silbidos y dando la mano al adversario en el término del duelo. Su última imagen queda para la posteridad: las lágrimas de Buffon son el llanto de Italia.</span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; color: #3a3a3a; font-size: 15px;"><br /></span></span>
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; color: #3a3a3a; font-size: 15px;"><i>*Artículo de opinión publicado en el diario <a href="https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2017/11/17/drama-italia/875900.html" target="_blank">La Opinión de Murcia</a>.</i></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #3a3a3a; font-family: inherit; font-size: 15px;"><br /></span>
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpdEYNy3Tt-RKvDfxzuDtu_pWK5aJEPR5rY6_SG6qxCpWj4XK7ZnZYJAa2fBKi1KFv77X7jpmhvVhJGfj7nG-rNZ64lYNKHs-uhMnNnAXknThFgQHJbg5SHcGWov2wanBSO9qDdU31af7t/s1600/Buffon.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="600" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpdEYNy3Tt-RKvDfxzuDtu_pWK5aJEPR5rY6_SG6qxCpWj4XK7ZnZYJAa2fBKi1KFv77X7jpmhvVhJGfj7nG-rNZ64lYNKHs-uhMnNnAXknThFgQHJbg5SHcGWov2wanBSO9qDdU31af7t/s320/Buffon.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Foto de Cordon Press.</td></tr>
</tbody></table>
<span style="background-color: white; color: #3a3a3a; font-family: inherit; font-size: 15px;"><br /></span>factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7864244825271416230.post-79128319966839423372017-11-02T00:24:00.000+01:002019-08-28T02:45:58.812+02:00Las Ligas que el Madrid no gana<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNLPdJYhYGq2eOIr2DObh4IFilwvGymbSF8T6Sw6xHJVlJ5Kd8QlpRI0MHcsxEPAi7xE99GsMnd-Q4QdNQT31DmjKMXZDchZImFKhgsf-4aEJYV4tn8ybZcdObv9SemylqrAv8ixmWOftD/s1600/buitre_sanchis_liga.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><img border="0" data-original-height="434" data-original-width="600" height="288" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNLPdJYhYGq2eOIr2DObh4IFilwvGymbSF8T6Sw6xHJVlJ5Kd8QlpRI0MHcsxEPAi7xE99GsMnd-Q4QdNQT31DmjKMXZDchZImFKhgsf-4aEJYV4tn8ybZcdObv9SemylqrAv8ixmWOftD/s400/buitre_sanchis_liga.jpg" width="400" /></span></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Alirón Liga 87/88. Foto de <a href="http://www.defensacentral.com/userfiles/buitre_sanchis_liga.jpg" target="_blank">Defensa Central</a>.</span></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: large; line-height: 107%;"><br /></span><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: medium;">No hay manera, oiga, de vivir Ligas tranquilas como madridista. Uno creía que había
llegado ese culmen deportivo en el que la inercia de los triunfos conduciría a
un periodo de calma y estabilidad, pero de nuevo estaba en una ilusión: los
puntos se esfuman en las primeras jornadas, el liderato se aleja y el equipo se
ve en otra temporada obligado a remar a contracorriente. Tal vez sea un vicio
endémico, adquirido en los últimos años, pero no siempre fue así.</span></span></span></div>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="text-align: justify;"><br /></span>
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium;"><span style="line-height: 107%;">La
gran diferencia entre el madridista moderno –el que nace y crece, pongamos, en
los noventa y el siglo XXI</span></span><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium;">–</span><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium;"> y el madridista clásico –aquel que vivió los
ochenta, setenta e incluso los sesenta– es la forma en que afronta la Liga. El
estado de ánimo ha variado de un madridismo plácido, cómodo en su rutina de
triunfos, propia de una época en la que el Real disputaba como el equipo hegemónico de la
competición nacional (el Madrid ganó 19 Ligas desde 1961 hasta 1990), a un
madridismo exaltado, inmerso en una era de sobresaltos, y más habituado a dejar
escapar Ligas que a conseguirlas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br /></span></span>
</span><br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCyQVSTqiB7xeY8FaKhBf569l3dnfhlnujAFoGUSbedQgp3qCgb70PPbGAZ7tPDWptz91jd7mB5vdny5wtmumEHPsQ5DEwFNhitaXqoRvoJS52eB9QpmqCBeCWwIevWiiCTWdtI_7lfOqS/s1600/Real+Madrid.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><img border="0" data-original-height="356" data-original-width="571" height="248" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCyQVSTqiB7xeY8FaKhBf569l3dnfhlnujAFoGUSbedQgp3qCgb70PPbGAZ7tPDWptz91jd7mB5vdny5wtmumEHPsQ5DEwFNhitaXqoRvoJS52eB9QpmqCBeCWwIevWiiCTWdtI_7lfOqS/s400/Real+Madrid.jpg" width="400" /></span></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: small;">Alirón Liga 60/61. Foto de <a href="http://www.cihefe.es/cuadernosdefutbol/wp-content/upLoads/Aliron01.jpg" target="_blank">Cihefe</a>.</span></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: medium;"><br /></span>
<span style="font-size: medium;">En las pocas veces de la era moderna en las que el Madrid conseguía esa serenidad deseada, esa aburrida tranquilidad que el madridista reclama para sus domingos, el efecto se dilapidó con rapidez. Ocurrió, por ejemplo, con el Madrid de Capello de la 96/97 y con el de Mourinho de la 11/12. Incluso en la etapa de Del Bosque, la última dorada hasta el nuevo reinado de Zidane, el equipo alternaba éxitos con decepciones –sí, se anotó siete títulos, pero también se dejó una Intercontinental y un Centenariazo en casa–.</span></span></div>
<div>
<span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: medium;">La irre</span><span style="font-size: medium;">gularidad es la irremediable condena contemporánea,
pero a cambio ha gozado de un gen único para las grandes noches. El madridista
del nuevo tiempo presenció desastres como los de Tenerife y ridículos como el Alcorconazo,
pero también disfrutó de momentos únicos como la Séptima o la Décima y ha
sobrevivido –y con éxito- a rivales liderados por Leo Messi –tres Copas de
Europas coincidiendo con Messi; no olviden, valórenlo–. </span></span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: medium;">Así que, pese a que uno anhela tardes soporíferas de victorias, Ligas ganadas en el salón de casa, los tropiezos ligueros sitúan ahora al equipo y al hincha en un escenario que todos conocen muy bien: el Madrid suele funcionar cuando se le entierra en otoño. Hay una sola realidad inalterable a lo largo de la historia, que saben y -temen- sus rivales: el Real siempre vuelve</span></span></div>
factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7864244825271416230.post-68529169546084474792017-10-04T01:15:00.000+02:002019-08-28T01:47:20.652+02:00Patriotismo en la Selección<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium;">Recuerdo un diagnóstico futbolero que escuché en la antesala de una Eurocopa, cuando en las tertulias entre amiguetes dilucidábamos cómo demonios podía España superar la maldita barrera de los cuartos de final. “Lo que nos pasa”, analizaba un colega, “es que hay jugadores que no sienten la Selección. No se sienten españoles”. Era comienzos de junio de 2008 y el tipo clavó su observación: esos mismos futbolistas se proclamaron campeones de dos Eurocopas y un Mundial.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Como hinchas tendemos a exigir actitud sobre el verde y lo hacemos porque ciertamente el fútbol, en esencia, es pasión. Pero la actitud no deja de constituir un factor más (imprescindible, eso sí) entre otras muchas variables. Resulta absurdo creer que el éxito se explique sólo por derroche de bemoles. La evolución del juego y la alta competición exigen algo más que “echarle huevos”. Un arrebato puede servir para derrotar a un rival, pero suele ser insuficiente para ganar un campeonato. Aquello de ‘la furia española’ quedó anclado en el pasado. </span></span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium;"><br />
Y, en consecuencia, resulta ingenuo pensar que en el fútbol de clubes se juegue únicamente por amor a una camiseta y que en las selecciones se haga por amor a una patria. O, al menos, como única causa. Un futbolista puede aceptar la llamada del seleccionador por muchas razones: por experiencia profesional, por prestigio internacional, por sumar currículum, por curiosidad, por dinero, incluso porque le obligan. Etcétera. Y también por representar a su país, por supuesto. Cada uno tiene sus motivaciones individuales. Respetables todas. Y si hay contradicciones, en todo caso son dilemas personales: un asunto del deportista, no del hincha. Exijamos profesionalidad (rendimiento) a los futbolistas, que de sentir los colores ya nos ocupamos los aficionados.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium;">*<i>Artículo de opinión publicado en el diario<a href="https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2017/10/06/patriotas-seleccion/865202.html" target="_blank"> La Opinión de Murcia</a></i>.</span></div>
</div>
factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7864244825271416230.post-22858892312327788052017-09-28T01:18:00.000+02:002018-03-17T12:37:43.179+01:00Aquel alirón de la Liga de las remontadas<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnVEiJRUlfBnhnn_X1L7eGKrS2qzGyU5crp21_HYaJT6gouTmJtnuAd7CoHj27ovVQ4OkpvrIV3U5Byapy6B-2S7aYRrbfnQL4vnC8umPKaQgNG2kA4TRlb6kVy1P2yEpSGKFPm0gRq2k8/s1600/Cannva.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="479" data-original-width="512" height="298" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnVEiJRUlfBnhnn_X1L7eGKrS2qzGyU5crp21_HYaJT6gouTmJtnuAd7CoHj27ovVQ4OkpvrIV3U5Byapy6B-2S7aYRrbfnQL4vnC8umPKaQgNG2kA4TRlb6kVy1P2yEpSGKFPm0gRq2k8/s320/Cannva.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium;">Un servidor, que estuvo aquella tarde en el Bernabéu y fue testigo de la
coronación de la Liga más increíble de todas las que celebró el madridismo en
su historia, nunca había visto por televisión aquel partido. Diez años después,
aquel inolvidable Madrid-Mallorca reapareció de casualidad gracias
a <a href="https://www.youtube.com/watch?v=eu_M9Mzhu5s" target="_blank">YouTube</a>, con el encuentro completo y narrado por el equipo de Canal Plus. Fue imposible
resistirse al morbo de confrontar, una década después, los recuerdos con el
visionado preciso de los 90 minutos de aquel duelo. Porque sobre aquel día uno
conserva intactas las sensaciones, así como las anécdotas contadas tantas veces para rememorar la cita y también las imágenes icónicas que la tele ha
ido repitiendo a lo largo de estos años. Pero la memoria apenas custodió el lance del
juego: el fútbol y sus circunstancias. No recordaba, por ejemplo, que Ramos (entonces
se le nombraba como Sergio Ramos) jugó como central; ni recordaba tampoco la exhibición que
derrochó Arango en el Bernabéu.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: inherit; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Me acuerdo -disculpen, pero sólo puedo usar la primera persona- del gol del
Mallorca </span>como un escalofrío<span style="font-family: inherit;">; mantengo muy presente qué sentí cuando Ruud van Nistelrooy abandonaba el
campo lesionado en la primera parte y con el marcador ya adverso; no olvido que
dos veces pregunté por el resultado del Barça a mi desconocido vecino de
asiento: sin </span>despojarse<span style="font-family: inherit;"> el auricular de la radio, primero respondió
0-1 y después 0-3. Nunca más volví a preguntarle. Todavía sonrío cuando evoco las palabras que aquel grupo de hinchas gallegos le espetaban a Roberto Carlos desde la grada cuando el lateral defendía a Jonás: "Dale, Roberto, dale". Recuerdo cómo temblaba
el estadio con el gol del empate. A fuego quedó grabado el abrazo con el que nos enfundamos mi
otro vecino de bancada -también desconocido- y yo tras el segundo del Real. Y aún
permanece fresco mi estupor al comprobar en el marcador quién había anotado el
tanto, cuyo goleador, con el estruendo de la celebración, no dio tiempo a discernir
en directo. “¡Diarrá, Diarrá!”, gritábamos incrédulos y sonrientes. Y jamás se borrará el instante del pitido final, las manos
en alto, el alivio y el júbilo por un título que se resistió cuatro años y que
se consiguió de la manera más inverosímil: a contracorriente, remontando y desafiando
cualquier ley de la lógica futbolística. Esos sentimientos son patrimonio
sagrado de mi memoria como madridista.</span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Ante todo, si una sensación perdura es la tensión con
la que se vivió el transcurso de los minutos. La Décima fue una agonía hasta el
gol de Ramos; la Undécima fue un mar de nervios y la Duodécima, sexo en el paraíso; pero aquel
alirón de la trigésima Liga, aquella final liguera en la que el Real ponía fin
a cuatro temporadas de fracasos y decepciones, si una impresión predominó en el ambiente
fue la tensión. <o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Preso de ese estado que congela el ánimo, siempre
cuento como anécdota que olvidé echar fotos durante el partido. Por supuesto, era un madridista fervoroso que vivía sus años más intensos de militancia madridista, consciente
de la importancia del duelo para el club, y la idea de captar imágenes era
secundaria; pero también resultaba la segunda vez en mi vida que veía al Real Madrid
en directo, en un estadio de fútbol. Y era joven. Compréndanme. Por eso, hipnotizado
por todo cuando contemplaba, mi propósito inicial pasaba por fotografiar cualquier detalle que sucedía delante de mis ojos: la llegada al estadio, los hinchas en la
Castellana, algún aficionado del Mallorca, el calentamiento de los futbolistas,
el trío arbitral, una falta en los primeros minutos… Hasta que Varela heló el
Bernabéu con su gol. Sólo cuando terminó el partido y los jugadores, inmersos
en la celebración, se acercaron hacia nuestra zona pude caer en la cuenta de
que no había fotografiado nada más. Ninguna instantánea más. Pese a mis
propósitos iniciales, en ningún momento me acordé de la cámara. Desde entonces
tengo claro que las cámaras de fotografías, ahora móviles, en los campos no son
cosa de hinchas sino de turistas o de primerizos.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium; mso-ansi-language: ES-TRAD;">El fútbol recuerda al Real Madrid de la 06-07 como un equipo
que se proclamó campeón jugando mal. Y, ciertamente, aquel Madrid tenía
muchos problemas. Con una plantilla extrañamente diseñada (cohabitaban veteranos
cerca de la decadencia con noveles sin caché; lidiaban futbolistas seleccionados por Capello con otros a los que el entrenador nunca pidió), sin estilo tras una temporada
abrupta, salpicada por las derrotas ante rivales menores y las prematuras eliminaciones
europeas y coperas, por las críticas furibundas y por un ambiente enrarecido en
el club, y abocado a los impulsos de orgullo herido del final del curso; el
Madrid se plantó en la jornada 38 sin un fútbol definido. Su juego
ofensivo era disperso y efervescente, casi improvisado, confiado al talento de sus jugadores y
su instinto competitivo. No, no fue
el bloque rocoso que deseaba Capello, y que intentó cimentar con aquel doble pivote
Emerson-Diarrá; pero sí exhibió el espíritu ganador que anhelaba el técnico
italiano. <o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: inherit; font-size: medium; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Y, claro, aquella tarde no iba a disimular las
carencias de todo un año. Y para colmo el Madrid empezó nervioso. El Mallorca,
en cambio, sin agobios, se desenvolvía cómodo en el campo madridista, con Jonás
perforando por su banda y sobre todo con Arango, que entre líneas hacía daño a
la defensa blanca. En una de sus escaramuzas, el venezolano asistió y Varela finalizó. Gol
del Mallorca. La tensión, el marcador en contra y un estadio mudo no ayudaban a ubicarse al equipo blanco en el partido. El Madrid palidecía para generar oportunidades y recurría
a menudo a los balones largos. No había manera de enlazar con los delanteros. Van
Nistelrooy, desconectado; Raúl, desaparecido, dominados ambos por Ballesteros -una leyenda del fútbol secundario-. Diarrá perdió dos balones en sendas
conducciones y </span><span style="font-size: medium;">se lo recriminó </span><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">el Bernabéu, que poco después coreaba el nombre de Guti, suplente aquella
jornada.</span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium; mso-ansi-language: ES-TRAD;">La única luz en el juego era Robinho. El brasileño se
ofrecía constantemente, pedía la pelota, la buscaba. Y con ella en sus botas, Robinho
encaraba, desequilibraba e intentaba asociarse. El juego se desatascaba con sus
acciones. También puso el peligro, sorprendentemente, Míchel Salgado (titular por
lesión de Miguel Torres), con dos internadas por su banda, caño al rival incluido.
E igualmente Beckham, con sus centros y sus faltas, siempre amenazantes. El
inglés, una ocasión más -y esta era la última-, se mostró generoso en el esfuerzo y
valiente en la actitud. Entre tanto el Barcelona ganaba 0-3 en el minuto 37, según
indicaba Carlos Martínez. No hubo más ocasiones y el duelo se marchó al descanso
con el madridismo en estado de shock.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Entró Guti por Emerson en la reanudación, pero la
balanza no se invirtió. Al menos durante los primeros 20 minutos: ni el Mallorca sufría ni el
Madrid encontraba ideas. De nuevo Varela dispuso de una clamorosa oportunidad tras un excelente pase de Aganzo. Tan cómodo discurría el Mallorca que incluso se
permitió el lujo de hacer un rondo en una jugada. Los minutos pasaban y el
Madrid sólo era capaz de alcanzar la portería rival con dos acciones de
Beckham: un centro que Ramos no remató por poco y una falta que se estrelló en
el larguero. El inglés, para más inri, se retiraba lesionado. Pero, caprichos del destino, detalles del fútbol, esta desdicha marcó el duelo. Su sustituto,
Reyes, cambió el devenir del partido precisamente en el segundo
balón que tocó: en el enésimo intento de Robinho por la banda, el brasileño conecta en el área
con Higuaín, quien con un espléndido movimiento se deshace de Ballesteros y se la
coloca a Reyes. El andaluz chuta al primer palo y marca el empate. <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: inherit; font-size: medium; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Ya nada fue igual. Todo lo que </span><span style="font-size: medium;">el Madrid</span><span style="font-size: medium;"> </span><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">no había logrado con el juego, lo consiguió con la fe y el empuje, que también forman parte del
fútbol -dicho sea de paso-. La grada se reactivó y el Real se volcaba. Guti,
que casi se autoexpulsa tras un calentón (“El Madrid necesita once jugadores para
remontar”, decía Robinson), se adueñó de los mandos y el duelo entró en un trance frenético. Robinho deja en el suelo a
Héctor y su disparo roza el palo. El brasileño tira una doble pared con Diarrá,
que cae en el área. No hay penalti. Entregado el Madrid en ataque, el Mallorca aprovecha
una contra por medio del exculé Maxi López para dar el último susto, desbaratado por Casillas. El conjunto blanco, desatado, mete
la quinta marcha. Y otra vez Robinho prueba desde fuera del área, pero Moyá despeja a córner. Fue el momento. Ese saque de esquina acabó en diana. Diarrá remató uno de los
goles más importantes -¿y olvidados?- de la historia moderna del madridismo. Por
cierto, quien lanzó el córner fue el Pipa, doble asistente, protagonista cuando entonces gozaba de buena
estrella (el gol definitivo de la remontada ante el Espanyol, el tanto del alirón que
marcaría en Pamplona un año después… El Lyon embrujó a un jugador que se vació sin éxito para triunfar en el Real).</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: medium; mso-ansi-language: ES-TRAD;">
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: inherit; font-size: medium; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Al poco, Reyes anotaba el tercero y el madridismo
se desahogaba al fin: la Liga de las remontadas era suya, era nuestra.</span><span style="font-family: inherit; font-size: large;"><o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: inherit; font-size: large; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7KatA0PzQElzeaS9Dyhk8TdSDe3_HVUoXEq7APsvidqJ4KscYvoI2dW-cIatzqt1m_GdTIvZPncw2HYyrXq78x-D9V5J1VDT5-W_AZMbKBLXDXnDUJL3mHw5taTtafx9Mc-k7Lge6dofC/s1600/Diarr%25C3%25A1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="356" data-original-width="512" height="222" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7KatA0PzQElzeaS9Dyhk8TdSDe3_HVUoXEq7APsvidqJ4KscYvoI2dW-cIatzqt1m_GdTIvZPncw2HYyrXq78x-D9V5J1VDT5-W_AZMbKBLXDXnDUJL3mHw5taTtafx9Mc-k7Lge6dofC/s320/Diarr%25C3%25A1.jpg" width="320" /></a></div>
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: inherit; font-size: large; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><br /></span></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "georgia" , serif; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7864244825271416230.post-9583801385130183692017-09-24T00:36:00.000+02:002019-08-28T01:48:44.036+02:00Fracasos deportivos<div style="text-align: justify;">
Tantos éxitos nos han malacostumbrado. Se encadenan las glorias de <b>Nadal</b>, <b>Mireia Belmonte</b>, la Undécima, la Duodécima y uno, abrumado ante los triunfos, acaba asumiendo que la victoria es lo habitual y se olvida de que la derrota forma parte del juego. En el deporte de élite se llega al extremo de que no ganar un torneo se recibe como «un fracaso». El calificativo ha alcanzado en el fútbol un cariz demoledor, rotundo, a pesar de que la RAE siga definiendo la palabra simplemente como «resultado adverso».</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No ocurre en el baloncesto, más alejado de los maniqueísmos del fútbol, donde nadie ha catalogado como un fiasco el hecho de que España no revalidara su corona europea. Al contrario, queda la sensación de una trayectoria esplendorosa, con nueve medallas en diez Eurobaskets.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
«El éxito es estar siempre ahí», comentaba en una entrevista <b>Sergio Rodríguez</b> antes de caer eliminado ante Eslovenia. Ese es, como aficionado, el objetivo que se debería pedir a un equipo o a un deportista: que sea competitivo y pelee por los triunfos; que se codee en el ring de los favoritos; que pugne por la gloria; o sea, que «esté ahí», como dice El Chacho. Porque exigir medallas de oro y dar por sentado que se deben conseguir títulos es irreal. El deporte no es eso: el éxito y el fracaso no se pueden valorar con sólo 90 minutos, o con 40. Y menos cuando, como en la vida, se suele perder más que ganar. Incluso el Real Madrid, por citar un caso de palmarés abundante, ha sumado más temporadas sin campeonatos de Liga (en 53 ocasiones) que con el trofeo en sus vitrinas (33). ¿Tantas veces ha fracasado en su historia? Yo no lo vería así.<br />
<i><br /></i>
<i>*Artículo de opinión publicado en el diario <a href="https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2017/09/22/fracasos-deportivos/861676.html" target="_blank">La Opinión de Murcia</a>.</i></div>
factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7864244825271416230.post-3505030912102359072017-06-07T00:28:00.000+02:002019-08-28T01:51:20.099+02:00La duodécima alegría<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjplbZWzekDPI1zGVumdFg8kuDHQnfkNqMckLZAbdJV9R1sMNcNttVgvQQ01c47q7ZbCRqRpc1ywNmLJWhQg_w06qbPGS8IiiIF5IFFUpTuilLnGewetJbEM8dpFa031vMP-bzaCuEj8ubb/s1600/Real+Madrid.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1109" data-original-width="1500" height="295" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjplbZWzekDPI1zGVumdFg8kuDHQnfkNqMckLZAbdJV9R1sMNcNttVgvQQ01c47q7ZbCRqRpc1ywNmLJWhQg_w06qbPGS8IiiIF5IFFUpTuilLnGewetJbEM8dpFa031vMP-bzaCuEj8ubb/s400/Real+Madrid.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Celebración del segundo gol del Real Madrid. Foto de Ángel Martínez (<a href="https://www.realmadrid.com/img/galeria-marca/_6am5633.jpg" target="_blank">Web del Real Madrid</a>)</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Aquella cita célebre de <b>Kevin Keegan</b> («El asunto más difícil es encontrar algo para reemplazar al fútbol, porque no hay nada») es tan bonita e idílica que no resulta necesario matizar que es mentirosa, pero, ay, chico, qué alegría más tonta deja el fútbol. Eso también es la vida, suelo decir a menudo. Cómo no va a formar parte de la vida si en Cardiff los madridistas sufrieron -un poquito-, saltaron, disfrutaron y se proclamaron campeones por duodécima vez. Y cómo no lo van a querer si otra vez reina en Europa.</div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
El madridismo desea tanto este trofeo precisamente porque ningún hincha siente como el madridista cada derrota europea, cada temporada sin la orejona en casa. Porque el éxtasis de la victoria lleva tatuado cada año en que el título no fue suyo. Una exigencia desmedida e irreal, pues en el fútbol se pierde más que se gana incluso compitiendo de blanco, pero los madridistas han convertido ese sentimiento en su patrimonio. Es imposible olvidar que varias generaciones de madridistas lamentaron 32 años de amargas noches en la Copa de Europa y otros soportaron -soportamos- doce inviernos que pesaron como losas hasta que la Décima exorcizó.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La Duodécima, en cambio, irrumpió tan rápida como la Undécima -tan seguidas que apenas dio tiempo a pedirlas-, en una final menos sufrida, pero inmaculada, inapelable y rubricada con el sello de Zidane. La alegría es blanca. Cómo no vamos a disfrutar de esto.<br />
<i><br /></i>
<i>*Artículo de opinión publicado en el diario <a href="https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2017/06/08/duodecima-alegria/836072.html" target="_blank">La Opinión de Murcia.</a></i></div>
factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7864244825271416230.post-85192538335580222712017-04-30T00:40:00.000+02:002019-08-28T02:41:03.726+02:00Superando el clásico<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJUf1YAGkdjbBtT904GLDsOlIqQzG0NMlsmsYso5j84S8QxO8hg477Q90knnwFPdz3YPOJK0l_BIjZv9bcEC0yOPcXVrLQ1AdFIuxdarYxrhURwSvqfz3Qk_7vSlHCd2N4IYfyNEJkbA0l/s1600/Messi.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="371" data-original-width="660" height="223" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJUf1YAGkdjbBtT904GLDsOlIqQzG0NMlsmsYso5j84S8QxO8hg477Q90knnwFPdz3YPOJK0l_BIjZv9bcEC0yOPcXVrLQ1AdFIuxdarYxrhURwSvqfz3Qk_7vSlHCd2N4IYfyNEJkbA0l/s400/Messi.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Leo Messi, tras marcar el gol decisivo. Foto de <i><a href="https://www.marca.com/futbol/barcelona/2017/04/24/58fd8e06468aebb5178b456d.html" target="_blank">Marca</a></i>.</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En los años de gloria, cuando el fútbol y la fidelidad a unos colores lo eran todo, perder ante el eterno rival suponía la herida más grave que un hincha podía sufrir. El día siguiente se soportaba con un preceptivo apagón informativo: tras la derrota, no se ponía la tele, ni se leían periódicos ni se hablaba con el vecino. Hay tragos que se superan mejor en silencio. Con el 2-6, por ejemplo, juro que tardé más de cinco años en ver el resumen. Por eso, me sorprendo a mí mismo cuando, de nuevo en un revés, ahora me atrevo a hojear algunas páginas, leyendo a unos, escuchando a otros. Incluso intento comprender, cuando antes ahogaba penas olvidando. Ese maldito gol de <b>Messi </b>escoció como sólo puede doler una derrota en el último instante de un clásico. Pero se entierra como se cicatrizan las heridas de las viejas batallas. Uno recuerda, por ejemplo, que en la misma temporada de la Décima se perdieron ambos duelos de Liga; y la Undécima se logró en el mismo curso en el que se perdió 0-4. Tal vez sea la única lección que haya aprendido con los años: la revancha –la oportunidad de redimirse- en el fútbol siempre vuelve. Y los madridistas todavía estamos a tiempo en la 16/17.<br />
<br />
<i>*Artículo de opinión publicado en el diario <a href="https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2017/04/28/superando-clasico/824947.html" target="_blank">La Opinión de Murcia</a>.</i></div>
factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7864244825271416230.post-64763890518039417662017-04-22T01:20:00.000+02:002017-04-22T01:48:26.302+02:00Recuerdos de un clásico (II): Madrid-Barça de la 04/05<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">El clásico de la 04/05 se destapó, ante
todo, como la reivindicación del orgullo mancillado del Madrid de los Galácticos. El
duelo perdura en la memoria madridista como la última exhibición de una
generación irrepetible, como el epílogo de un conjunto que fascinó mucho más
que ganó. Fue la redención del viejo rey destronado ante el emergente aspirante, el insolente
Barça de Rijkaard, hambriento de fútbol y de títulos. En aquella etapa, el Real competía, a ojos
sinceros, como una ruina de equipo, incapaz de sostenerse táctica ni físicamente, discontinuo en el juego y condenado a una renovación profunda. Pero a un
partido, ay a un partido, aquella colección de estrellas prejubiladas era
temible: aquella calidad legendaria podía esconder un historial de defectos en
noventa minutos. Lo demostró un Ronaldo motivado, encarando como en los
noventa; lo certificó un -por un día- ordinariamente pragmático Zidane, dispuesto a purgar en labores de intendencia y que no dudó en lanzarse ante el poste en pos del gol; lo atestiguó Roberto
Carlos, echándole un pulso a Xavi, a sus piernas y al tiempo. Y lo verificó
Beckham, con un pase cartesiano, exento de marketing pero repleto de su mejor
leyenda. Los Galácticos dieron un puñetazo en el verde. Fue el último. El
triunfo en el clásico no trajo la Liga y los trofeos jamás volverían, pero
aquella tarde, ay aquella tarde, los Galácticos se rebelaron para firmar la
última página dorada de su historia.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/nmEsU9Ib2BE/0.jpg" frameborder="0" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/nmEsU9Ib2BE?feature=player_embedded" width="320"></iframe></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7864244825271416230.post-65501693016512250472017-04-21T01:17:00.000+02:002017-04-22T01:44:53.576+02:00Recuerdos de un clásico (I): Madrid-Barça de la 06/07<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit; text-align: justify;">El clásico de la 06/07 queda en el recuerdo como
una ensoñación de lo que pudo ser y nunca fue en la segunda era de Fabio
Capello en el Real. Pocas veces el plan que siempre pergeñó el italiano funcionó
como aquel día. Sí, Capello y su Madrid acabaron ganando la Liga, pero con
otras armas (la fe como ley salvaje, el orgullo del veterano herido como razón
de </span><span style="font-family: inherit; text-align: justify;">supervivencia</span><span style="font-family: inherit; text-align: justify;">), distintas a las que planificó al principio de la temporada. Pero ese partido,
ese clásico de octubre de 2006, el Madrid se erigió compacto, rocoso y solidario,
con su doble pivote cipotudo como eje, Guti jugando con libertad en campo
contrario y lanzando pases sin juez, Robinho como fuego en verso libre y la efectividad
del inolvidable Ruud. Incluso Raúl, el héroe decadente, revivió aquella noche galones pretéritos, con un gol importante en una cita clave. No resultó tampoco el duelo perfecto: Messi, el genio incipiente, encontró las únicas hendiduras del plan, quebrando la cintura de
Cannavaro, y provocó las ocasiones del Barça. No entraron y el Madrid voló por
el clásico a la manera que siempre soñó Capello para derrotar al vigente campeón de Europa.</span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/TFa6poWoFLw/0.jpg" frameborder="0" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/TFa6poWoFLw?feature=player_embedded" width="320"></iframe></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7864244825271416230.post-89741854495767651482017-03-26T00:46:00.000+01:002019-08-28T00:48:33.593+02:00La culpa siempre es del árbitro<div style="text-align: justify;">
Soy tan ingenuo que pienso que los árbitros simplemente se equivocan. Por eso me aburre <b>Piqué </b>con sus tuits, me decepciona <b>Fernando Roig</b> con sus insinuaciones y me resulta indiferente cuando muchos aficionados se quejan de la actuación arbitral en la eliminatoria del Barça ante el PSG. Con los árbitros me pasa lo mismo que con los ciclistas en la carretera: no se encuentran en igualdad de condiciones, por lo que me cuesta oponerme a ellos incluso cuando no aciertan. Son la parte débil del sistema. Los árbitros no son juzgados en las mismas condiciones cuando cargan con decisiones adoptadas en segundos frente a quien tiene a su disposición repeticiones, comentaristas y la barra de un bar dictando cátedra o un <i>timelime </i>ardiendo. Y no lo están tampoco cuando discurren solos y sin voz ni turno de réplica frente al linchamiento mediático. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hemos interiorizado tan mal –tan sesgado, tan desproporcionado– el concepto del arbitraje que ya no hay vuelta atrás: el árbitro no se equivoca, nos roba. Es un adversario más dentro del terreno de juego. Sólo a él le negamos el error humano, valga la paradoja, cuando el fútbol es un juego repleto de imprecisiones –¿No falla acaso el delantero, no se defiende mal un córner o el entrenador dispone de un fallido planteamiento?–; y asumimos como rutinarias la intencionalidad, la premeditación y, a menudo, la alevosía. Y lo peor no es el diagnóstico, sino el tratamiento. Apenas se plantean sugerencias para corregir esos errores. ¿En qué y por qué fallan? ¿Hay una preparación deficiente? ¿Necesitan otro asistente? ¿Cómo puede ayudar la tecnología? Ese debate no interesa; preferimos teorías de Villaratos, clasificaciones de la otra Liga y hacernos las víctimas. Es más divertido, desde luego; pero muy injusto.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>*Artículo de opinión publicado en <a href="https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2017/03/17/culpa-arbitro/814327.html" target="_blank">La Opinión de Murcia</a></i>.</div>
factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7864244825271416230.post-64839286192408201832017-03-09T02:00:00.000+01:002019-08-28T01:26:43.824+02:00Remontadas europeas<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjI-DCxYCu_hSe7ViBFX_x0sZQ2K2CF6AfmJYqqxkExrJrq-lYgNV_lmY_lGUQk_T60X6CDlu_v1cqxva2JJEtK5UBrua3HrIDMTtTfDmMcW8-IiNJKQ1m1e5brMIgUTqByNTO0NmOX3GQY/s1600/Sergi+Roberto.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="1600" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjI-DCxYCu_hSe7ViBFX_x0sZQ2K2CF6AfmJYqqxkExrJrq-lYgNV_lmY_lGUQk_T60X6CDlu_v1cqxva2JJEtK5UBrua3HrIDMTtTfDmMcW8-IiNJKQ1m1e5brMIgUTqByNTO0NmOX3GQY/s400/Sergi+Roberto.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El Barça celebra el gol decisivo, anotado por Sergi Roberto. Foto de <i><a href="https://www.eurosport.es/futbol/champions-league/2016-2017/champions-league-octavos-vuelta-en-directo-barcelona-psg-ida-0-4_sto6085496/story.shtml" target="_blank">Eurosport</a></i>.</td></tr>
</tbody></table>
<span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span>
<span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span>
<span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: inherit;">Todavía hay algo peor que tu adversario gane.
Que lo haga a tu manera. Que te haga sentir estúpido con tu relato exclusivo. Esa
remontada es nuestra, esa gesta lleva la firma del Madrid. La lleva cuando las
proezas no tienen explicación. Simplemente suceden porque forman parte de su
grandeza: irrumpen y dejan felicidad e incredulidad a partes iguales. Pero no
pida una descripción científica. O a ver quién se atreve a descifrar cómo se
marcan tres goles en el 88. De repente, surge un golazo inapelable; después se desliza
una astucia –seamos elegantes‑ y al final se dispara el fogonazo de la épica: alguien,
un anónimo ayer, un héroe después, empuja a la red el balón caído del cielo. Y
el estadio se viene abajo mientras las hemerotecas archivan en oro. Pasas a la
historia porque, primero, no existe precedente y, segundo, se ha desafiado toda
lógica deportiva. Ese prodigio lo consiguió un equipo anoche. Y no fue el Real.</span></span><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><o:p></o:p></span><br />
<span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span>
<span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: inherit;"><i>*Artículo de opinión publicado en el diario <a href="https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2017/03/10/remontadas-europeas/812328.html" target="_blank">La Opinión de Murcia</a>.</i></span></span></div>
factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7864244825271416230.post-64222911421091478332017-01-22T01:28:00.000+01:002019-08-28T01:30:30.980+02:00El madridismo y su dosis de histeria<div style="text-align: justify;">
Por fin el madridismo está cómodo. Ya era hora. Tanta felicidad nos había situado en un terreno desconocido: el placebo que aparece cuando todo salía rodado era una sensación poco habitual, tanto que nos mosqueaba. Las derrotas contra el Sevilla en Liga y ante el Celta en Copa nos devuelven a un escenario que reconocemos mejor: las críticas, el pesimismo y el sobresalto. Es decir, la histeria. También nos sobrevuela el supersticioso recuerdo del Madrid de <b>Queiroz</b>, que se desplomó tras un inicio brillante, así como el de <b>Ancelotti</b>; así que más nos valía acelerar cuanto antes la caída, para luego poder estar a tiempo de corregir –lo que definimos como remontar–. Y, además, nueve meses –el tiempo que duró la racha merengue sin perder– suponían demasiado silencio para los antimadridistas: había que concederles ya su derecho a ser felices. Resulta curioso cómo gran parte del madridismo de la historia moderna –la que, digamos, nació tras los desastres de Tenerife– asume que funciona mejor a contracorriente, sin el cartel de favorito y cuando todos le dan por muerto. Parece que lo deseamos incluso cuando no hay motivos. Al menos, de momento. Pues exceptuando tal vez la época de <b>Mourinho </b>y <b>Guardiola </b>–con equipos rozando y alcanzando los 100 puntos– las temporadas nunca son arrolladoras. Ni en resultados ni menos aún en juego. Los altibajos son circunstancias naturales del deporte. Y de su gestión dependen en buena medida los resultados finales. Por ejemplo: aunque parezca increíble, aún tiene arreglo la Copa. El fin del mundo que tanto nos gusta todavía no ha llegado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
*Artículo de opinión publicado en el diario <a href="https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2017/01/20/madridismo-dosis-histeria/799362.html" target="_blank">La Opinión de Murcia</a>.</div>
factoría_sennahttp://www.blogger.com/profile/16071974741365641627noreply@blogger.com0