Con lo comedido que es don Ramón Calderón en sus declaraciones -sobre todo posteriormente a cierto día en una universidad-, siempre con declaraciones políticamente correctas, con frases de hemeroteca y asesoradas, de tópicos gentiles y demás, pero con la sensación final de que este tipo actúa y miente más que habla, resulta que ahora le preguntan por Florentino Pérez y se salta a la torera su estricto régimen de declaraciones prensa mediante, afirmando lo que realmente piensa del que fue su presidente y colega de directiva no hace mucho tiempo.
Al igual que un tercio de la España futbolera, la que no es madridista, padece de madriditis crónica y terminal, creo que don Ramón sufre de enfermedad parecida, -permítanme el lujo- a la que denomino florintinitis. Parece ser que don Ramón, cuando era miembro de la anterior directiva, descubrió secretos de Estado de Florentino que no le dejaron dormir por las noches y, por ello, dimitió y se montó una candidatura que representase, justa y curiosamente, todo lo contrario que su antecesor.
Sus manifestaciones al respecto de la foto de la semana; y añadido antiguos piropos de don Ramón a un ser superior -Butragueño dixit- como la nada demagógica sentencia "Yo prefiero a gente trabajadora que no salga por la noche, como Pepe, Sneijder, Van Nistelrooy, Van der Vaart, Diarra o Robben"; hacen que mi retorcida mente pronostique la enfermedad que tanto daño le hace a don Ramón. Y además, aprovechando que estoy inspirado, pienso que tiene solución. Una difícil y dolorosa operación pero saludable para los madridistas: extirpación.