sábado, 22 de abril de 2017

Recuerdos de un clásico (II): Madrid-Barça de la 04/05

El clásico de la 04/05 se destapó, ante todo, como la reivindicación del orgullo mancillado del Madrid de los Galácticos. El duelo perdura en la memoria madridista como la última exhibición de una generación irrepetible, como el epílogo de un conjunto que fascinó mucho más que ganó. Fue la redención del viejo rey destronado ante el emergente aspirante, el insolente Barça de Rijkaard, hambriento de fútbol y de títulos. En aquella etapa, el Real competía, a ojos sinceros, como una ruina de equipo, incapaz de sostenerse táctica ni físicamente, discontinuo en el juego y condenado a una renovación profunda. Pero a un partido, ay a un partido, aquella colección de estrellas prejubiladas era temible: aquella calidad legendaria podía esconder un historial de defectos en noventa minutos. Lo demostró un Ronaldo motivado, encarando como en los noventa; lo certificó un -por un día- ordinariamente pragmático Zidane, dispuesto a purgar en labores de intendencia y que no dudó en lanzarse ante el poste en pos del gol; lo atestiguó Roberto Carlos, echándole un pulso a Xavi, a sus piernas y al tiempo. Y lo verificó Beckham, con un pase cartesiano, exento de marketing pero repleto de su mejor leyenda. Los Galácticos dieron un puñetazo en el verde. Fue el último. El triunfo en el clásico no trajo la Liga y los trofeos jamás volverían, pero aquella tarde, ay aquella tarde, los Galácticos se rebelaron para firmar la última página dorada de su historia.


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