Mostrando entradas con la etiqueta Cristiano Ronaldo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cristiano Ronaldo. Mostrar todas las entradas

miércoles, 6 de marzo de 2019

El fin de una era


De repente, el madridista retrocedió una década. El Madrid tiró la temporada apeado en los octavos de final de la Copa de Europa, eliminado y sin títulos. Como en una amarga noche cualquiera de 2009. El madridismo vuelve a sentir sensaciones que creía enterradas en un lustro de felicidad europea: el ardor de la derrota imprevista, la frustración de saberse impotente y la sonrisa del antimadridista asomando. El Real se despoja de su corona en un escenario que su hincha no tolera: perder se acepta, pero no se concibe abandonar el cetro lejos de la élite en la que se codeó y dominó. Fuera de su salón habitual de baile, volviendo -insisto- a las noches aciagas de Lyon en 2009.

Es cierto: es el fin de una era. Y la memoria exige gratitud eterna a un equipo que dio alegrías únicas al madridista, que gozó de hazañas que antes sólo pudo soñar. Recalquemos, por si alguien no lo ha valorado suficientemente: más de mil días como rey de Europa, cuatro copas de Europa en cinco años. ¿Cómo hacer un reproche? Pero el agradecimiento eterno no es incompatible con la reivindicación diaria de un aficionado exigente por razón de ser. Debemos reconocerlo: la planificación de la era Después de Cristiano ha sido pésima. Los síntomas, que solo Zidane advirtió, ya afloraron el año pasado, se evidenciaron durante esta temporada y ahora, en una semana trágica, se revolvieron en la cara del madridista.

Modric lo expresó con claridad: se traspasó al mejor goleador de todos los tiempos y en su lugar se optó por no incorporar a nadie. Entonces se vio como un riesgo, hoy se contempla como un grave error. A cambio se fio todo, añadía Modric, a que los futbolistas de la plantilla -Bale, Benzema, Isco, Asensio- dieran un paso adelante. Pudo pasar, pero no ocurrió. Y el Madrid lo acusó estrepitosamente en la 18/19.

El gol lo es todo en el fútbol: salva partidos en los que el juego naufraga. Quién sabe qué hubiera sucedido con pólvora este año: qué partidos se habrían maquillado, qué puntos no se habrían desaprovechado, qué devenir de una eliminatoria copera podría haber cambiado. Los detalles caprichosos del fútbol. Pero esta observación es un ejercicio ficticio, que evita analizar un trasfondo más hondo aún. Porque más allá de los (no) goles y la estrategia deportiva, el rendimiento de muchos futbolistas fue deplorable; el entrenador inicial, Lopetegui, se quedó sin tiempo para plasmar su libreto, bloqueado por los resultados y también incapaz de levantar a sus pupilos; y el técnico sustituto, Solari, se encontró con un marrón y su mejor logro, la racha de enero, terminó en espejismo, devorado por la realidad.

Consumado el fracaso, es el momento de tomar decisiones. Y bien estudiadas. Hasta junio, hay tres meses inanes para calcular los pasos y no cometer errores. Primero, un entrenador. Un nuevo técnico que marque un nuevo rumbo. Por bien intencionado que fuera Solari, su andadura queda ya condicionada por esta temporada. Segundo, sentencias duras. Toca renovar los pesos pesados. No necesariamente deben ser medidas abruptas. Jugadores queridos por la afición, los símbolos, pueden pasar a ocupar un rol secundario. Pero el nuevo Madrid ya no puede erigirse en torno a Modric. La columna vertebral, tan exitosa en el pasado, tan fallida hoy día, ya no puede ser la misma. Tercero, gastarse la pasta. La nueva política de contratar jugadores jóvenes es un acierto, pero incompleta para las aspiraciones del Madrid. Nunca se debió de tomar en serio las críticas que recriminaban "el uso del talonario": se picó el anzuelo. Sin jugadores de alto nivel, no se puede competir en la élite salvaje del fútbol. Y hoy el Madrid necesita un salto de calidad. 

Y un crack. Si puede ser, hay que fichar un crack. El vacío es evidente desde que se fue el Siete. Una estrella que guíe el nuevo proyecto y marque diferencias. Por fortuna, el edificio no hay que derruirlo. El grupo de las jóvenes perlas -Vinicius, Reguilón, Ceballos, Llorente e incluso el defenestrado Asensio- es buena materia prima para reconstruir el equipo. Y todavía son aprovechables otros miembros de la plantilla. No todo se ha hecho mal.

Renacer no supone una aventura inédita para el Madrid. Siempre lo ha hecho en su historia, para delirio de sus hinchas y desazón de sus adversarios. Volverá: la 18/19 queda ya como una tregua para sus rivales, que al fin descansan de la tiranía blanca.

sábado, 28 de julio de 2018

Después de Cristiano

Cristiano Ronaldo. Foto de Getty Imágenes.

Ningún jugador está por encima de una camiseta ni de un equipo, se suele afirmar con firmeza entre los hinchas. Pero sólo un futbolista extraordinario como Cristiano Ronaldo, cuya irrupción marcó un punto de inflexión en el Real Madrid, podría hacer que se tambaleara esta sentencia, tan vieja como el fútbol. El traspaso del portugués significa también el fin de una era, ya que establece en los libros de la Historia del club blanco un Antes de Cristiano y un Después de Cristiano. El 'siete' se despide después de rubricar 450 goles en 438 partidos, con una salvaje media de 50 tantos por temporada y que, sobre todo, ha dado cuatro Copas de Europa. Quizá no sea el jugador más querido para el madridismo, ni tampoco resulte el más admirado, pero sí es el futbolista más importante desde Alfredo Di Stéfano: es el jugador que más y mejor ha rendido con el Real Madrid.

A Cristiano siempre hay que valorarlo en el campo, me comentaba con lucidez un amigo, gran hincha madridista. Y es cierto. La grandeza del delantero se percibe en el césped. Sin embargo, toda su figura forma parte del mismo paquete: el propio carácter egocéntrico, tan guardián de sí mismo y tan necesitado de adulación, explica también una tenacidad inigualable y una feroz voluntad de superación. Su voracidad, su hambre de marcar goles en cada partido por insignificante que resultara, ya constituye una marca registrada. Como todos los genios, es alguien especial, lo que incluye soportar sus celebraciones, sus gestos y sus declaraciones. Esa personalidad determina su dimensión como futbolista. 

Durante muchos años al portugués se le privó de la catalogación de genio, relegado a una segunda categoría de estrella. Nada más lejos de la realidad. Su duelo en tiempo y espacio con Lionel Messi representa una de las grandes epopeyas del deporte, similar a la que firmaron Magic Johnson y Larry Bird y protagonizan todavía Roger Federer y Rafa Nadal. Sólo el portugués ha logrado el privilegio de tutear al astro argentino, a quien llegó a derrotar en más de una temporada; y ese mérito, que entroniza su carrera, únicamente está al alcance de un genio. 

Las despedidas deparan (casi) siempre un regusto amargo, máxime para un madridismo aún dolorido por el adiós de Zinedine Zidane. No caben tampoco reproches para Cristiano. No deberían. El crack, que llegó como un extremo y mutó a supergoleador, dio su mejor fútbol al club blanco, lo catapultó a la cima de la Copa de Europa y se marcha sin arrastrar ni un minuto de decadencia. El madridismo deberá aprender a convivir sin su jugador franquicia y a sobrevivir a su recuerdo. La leyenda queda ahora como modelo de máxima exigencia para todo futbolista que persiga la gloria en el Real. Empieza la era Después de Cristiano.

*Artículo de opinión publicado en el diario La Opinión de Murcia.

sábado, 2 de junio de 2018

Zizou y su legado único

Zinedine Zidane, junto con Florentino Pérez, el día de su adiós. Foto de ABC.


«Tomé la decisión de no seguir el próximo año. Quiero mucho a este club», anunciaba Zinedine Zidane, sobrecogiendo el corazón del hincha madridista en su semana más placentera. «Después de tres años, el equipo necesita un cambio para seguir ganando». Sólo cinco días después de coronarse como campeón de Europa, el artífice de una obra irrepetible se despide y deja en el madridismo una sensación de orfandad, como sólo se puede sentir cuando le arrebatan su joya más preciada. No es para menos. El legado del francés es abrumador. No sólo por los títulos y su etapa triunfal, sino sobre todo por la dimensión de la figura de Zidane. Zizou es un tipo especial. Puro carisma. El hombre que lo ha conseguido todo en el fútbol es el mismo que responde que su mejor recuerdo es su presentación como jugador del Real Madrid. «Era un sueño». Es el mismo que se retiró como futbolista antes de sufrir su ocaso, perdonando un último año de contrato; y es el mismo que ahora se marcha en la cima como técnico del Real.

El madridismo se queda sin su gran fetiche. Zidane ha sido un regalo: como jugador, por su fútbol elegante, su clase en el verde y su volea inolvidable en Glasgow; y sobre todo como entrenador, cuyo brillante periplo sorprendió a todos. Nadie esperaba la hoja de ruta que trazó en el banquillo blanco. Aceptó el reto de dirigir a un Madrid inmerso en una crisis y lo recuperó para colocarlo en la final de Milán. Después firmó una temporada perfecta, en juego y resultados, aprovechando al máximo su plantilla (manejaba dos onces competitivos). Reconvirtió a Cristiano Ronaldo y lo potenció, convenciéndole de la importancia de la suplencia, una idea impensable en otro tiempo para el portugués. Y rubricó su gestión con una tercera Copa de Europa consecutiva en su año más complicado.

Tomó decisiones valientes, protegió a sus jugadores, pidió disculpas cuando se equivocó, asumió siempre la responsabilidad, se comportó impoluto con los árbitros y apagó los fuegos diarios del Bernabéu con serenidad. Y lo hizo desde la naturalidad aplastante, sin artificios ni imposturas, sino con su sonrisa, ya icónica. No hay ninguna mancha. Y así permanecerá en el imaginario madridista en el día en que anuncia su adiós. Aunque el madridismo suspira por un «hasta luego», no hay espacio para el reproche. Zidane se lo ha ganado.

*Artículo de opinión publicado en el diario La Opinión de Murcia.

martes, 2 de abril de 2013

La virtud del mito nunca se toca


Ha vuelto a ocurrir. "Lo que sucede con Iker Casillas es humillante y una desgracia para el Real Madrid", afirmó ayer rotundamente Santiago Segurola en su charla digital en 'marca.com'. Se repite la historia. Nuestro periodismo deportivo, esta vez mediante su estandarte más ilustre, vuelve a cubrir las espaldas al ídolo nacional cuando sufre su primer aviso de vulnerabilidad. Así sucedió exactamente durante todo el ocaso de Raúl, a quien se le defendió hasta las últimas consecuencias, aun cuando su estado -futbolístico, se entiende- distaba a años luz de la élite.

Seré claro: señalo -denuncio- la semejanza en el tratamiento dado a los dos mitos en esta etapa especial de su carrera. No quiero, para nada, establecer una comparación directa entre Casillas con Raúl, pues no procede todavía. Mientras el delantero tuvo cinco años horribles, Casillas sólo ha mostrado cinco meses de rendimiento discutible. Mourinho reaccionó y le envió al banquillo. Un mensaje contundente; opinable en las formas, verificado en razones. El resto es la embaucadora historia que ustedes conocen: Adán no fue titular porque estaba en mejor estado de forma que Iker, sino por demérito de este. El objetivo era llamar la atención al portero titular y buscar una respuesta; Adán, pese a su titularidad, no cambiaba su estatus de suplente. La desdicha tuvo que aparecer: Adán fue expulsado, Casillas regresó al once obligado por las circunstancias y, la ironía se retorció aún más, se lesionó. Pero Adán no pudo ser titular ante Diego López porque simplemente nunca existió esa posibilidad.

Alfredo Relaño atacaba a los instintos primarios del lector madridista. Imagine que el Madrid se queda sin Cristiano Ronaldo durante dos meses. Imagine que Callejón ocupa su puesto. Imagine que el canterano juega fenomenal. ¿Tendrían ustedes dudas de la reaparición de Cristiano en la alineación?, remata. Lo cierto es que su tesis, absolutamente tendenciosa, se desmonta sola. En primer término, por incompatibilidad, porque no se sitúan en igualdad de condiciones. La posición de jugador de campo de Cristiano ofrece mil variantes por la irremediable y única decisión de seleccionar a un portero. Se inventaría una fórmula que aunara a los dos futbolistas y que beneficiase al grupo. Y segundo, porque el director de 'As' obvia, o quiere obviar, que la lesión de Casillas coincidió con un flojo rédito deportivo. Si Casillas cayera en desgracia rindiendo a un nivel estratosférico (Relaño lo ha comparado con Cristiano, subrayemos eso), por supuesto que habría que preservar el derecho a recuperar la titularidad. Es más, el debate podría parecer razonable.

La oposición de la prensa deportiva española causa vergonzante estupor. 'Marca' y 'As', juntos en la misma batalla. Como en los viejos tiempos. Actúan con desmedida vehemencia y mezquino fundamentalismo; como -muy- temerosos de perder un bien preciado, como si la virtud de sus mitos fuera inviolable e imperecedera. Pero lo cierto es que el periodismo deportivo gestiona funestamente el declive de los grandes. Ese no es el camino. No se trata de minusvalorar la intachable hoja de servicios de Casillas al madridismo. Al contrario: titular o suplente, sigue siendo una leyenda del club. Nadie duda del talento, de su calidad y de su vigor. Ni siquiera de su voluntad y fe (murmuran sobre presuntos topos y sobre camas al entrenador, que no creo personalmente). Sino del nivel competitivo actual, de su estado de forma y su rendimiento. En el verbo deportivo, siempre conjugado en presente, está la diferencia: no se trata de ser el mejor, sino de estar mejor. Es el prisma en el que se basa la meritocracia, instaurado por Mourinho. El Madrid no debería permitir que sus viejas glorias se conviertan en rémoras. Verbigracia, Bernabéu no renovó a DiStéfano y a los dos años se consiguió la sexta Copa de Europa. 

martes, 17 de mayo de 2011

Reflexiones finales a vuelapluma

La temporada alcanza a su fin y toca la hora de los balances finales. De todo ha pasado este año y de mucho quería escribir, pero no ha sido así. No ha sido por falta de tiempo, precisamente. Otros motivos. Por ello, he aquí en pequeños renglones ciertas reflexiones merengues de un servidor en vista de esta temporada 10/11 futbolera que finaliza:

  • En perspectiva, tomando todas las circunstancias que han rodeado al Madrid, el año es de notable, satisfactorio. Se han cumplido los objetivos reales: se ha peleado una Liga con un ritmo de puntos muy alto (en cualquier otro país seríamos campeones), se ha logrado la Copa y se ha vuelto a la élite del fútbol continental, las semifinales de la Champions.

  • Los ilusos y engañabobos dirán que no se puede dar por bueno un año en el que se gana un título menor. Pienso que sostener tal teoría es vivir ajeno a la realidad. No olvidemos: entrenador nuevo, jugadores jóvenes en su mayoría, proyecto re-empezado. Lo que viene a ser el año I. Y ante un rival fortísimo en la Liga, como es el Barça, dominador del último lustro europeo junto con el Manchester United.

  • Sí, hay una gran inversión detrás del proyecto, jugadores de primer nivel, una gran plantilla y uno de los mejores técnicos -si no el mejor- del mundo. Pero eso no garantiza nada: se requiere trabajo y paciencia, amén de una correcta dirección del mismo. El resto es demagogia barata y palabras huecas.

  • Hemos avanzado mucho respecto del Barça. Por vez primera en tres largos años, se ha tuteado al Barça. El título de Copa da fe de ello. Sigue estando por arriba, cierto; pero ya no nos saca dos peldaños como antaño.

  • En su día dije NO al cambio de entrenador, dije sí a la continuidad de Pellegrini. No me retracto. Lo creí únicamente por razones de estabilidad y continuidad, porque consideraba que construir de nuevo era perder el tiempo, retroceder. La labor de Pellegrini se quedó inacabada; aún me faltó un año más para juzgar con propiedad. En su haber no olvidaré que fue el primer entrenador que sentó a Raúl.

  • Dicho esto, y visto el primer año de Mourinho, debo rendirme a la evidencia: ha mejorado a Pellegrini. No hemos perdido el año. Meritazo del técnico portugués. En todo caso, lamento que no se hubiera contratado hace dos años, en el primer año.

  • Decir que estoy contento con Mourinho es poco. Mourinho es una de las mejores cosas que le han ocurrido al Real Madrid desde hace mucho tiempo. No hablo sólo de su labor deportiva como técnico. Ha cambiado el club por dentro. Y lo que le queda. La estructura del Real Madrid es hoy día acorde a un club de élite.

  • Florentino Pérez ha logrado lo difícil. Ahora toca lo fácil: apoyo incondicional al técnico.

  • Por primera vez en mi vida creo que se están haciendo bien las cosas desde todos los ámbitos. Sólo falta que la pelotita entre. Y eso, reitero, es cuestión de dar tiempo; mantener lo que funciona y corregir lo que falle (que es poco, por fortuna).

  • Primer año sin Raúl: bueno para el Real. No estábamos locos quienes criticábamos el rendimiento y el estatus que tenía el siete en el Madrid. Su marcha, necesaria desde hace mucho tiempo, ha sido buena para las dos partes: para el equipo y para el futbolista. A los dos nos ha ido mejor separados.

  • No entiendo los reproches a Valdano. Es Director General, no Director Deportivo. El matiz es muy importante. Su labor es representar a la directiva en los aspectos deportivos del club (fútbol y baloncesto). El primer nexo entre directivos generales y la parcela deportiva: delegar es su trabajo y no planear y ejecutar como erróneamente se cree. Si alguna vez se entrometió en el fútbol, ya se encargó Mourinho de señalarlo. Y la reacción del argentino fue impecable.

  • Pardeza es el responsable de la dirección deportiva de la sección de fútbol. Muy poco se habla de él. Y es una pena: es el principal culpable de los fichajes de DiMaría y Ozil. O si no es así, que alguien me diga quién ficha a estos tipos. Los tiempos presidencialistas ya pasaron: de todos los fichajes (quince) que se han realizado en estas dos últimas temporadas, francamente sólo veo la mano de Florentino Pérez en Kaká. Cristiano no lo fichó él.

  • Me gusta la política de fichajes actual del Madrid. Hace años, lo normal es que Ozil hubiese triunfado en un equipo rival. Hoy no ocurre así. Con Sahin se mantiene la línea. Y me gusta. Puede que salga mal (como Canales, de momento), o puede que salga un crack (Ozil), pero joven potencial que se vislumbra en Europa, jugador que acaba en el Madrid.

  • Hablemos de futbolistas. Cristiano es un jugador brutal. Estamos ante un futbolista irrepetible. Y me temo que el madridismo no lo valora en su justa medida. Ozil me ha fascinado, como a todos. De DiMaría tenía una concepción negativa de su etapa en el Benfica y en la selección argentina, y sin embargo su temporada ha sido muy buena. Supongo que algo tendrá que ver ahí Mourinho. Y Marcelo, un lujo.

  • Benzemá está demostrando su tremendo potencial. De Higuaín y su valía no hay dudas. Adebayor fue un acierto de Mourinho. Sí: tenía razón, hacía falta otro delantero. Era necesario. Por otro lado, muchos han matado a Kaká ya, pero yo no lo traspasaría. Quiero verlo bien físicamente y con regularidad. Aún no lo he visto, es por ello que aún le espero.

  • Mahamadou Diarrá erra irrecuperable para el máximo nivel. Lass es un caos como mediocentro, así como poco fiable. Khedira es un jugador infravalorado y no sé por qué pero me lo esperaba. Yo, que no tengo ni puta idea de fútbol, sé valorar que no es mediocentro (interior puro y duro), y es ahí donde se las ha visto el alemán durante todo el año. Su trabajo y empeño es muy loable. Y su importancia en el equipo, vital: su mal partido en el Nou Camp de noviembre, explica bastante el 5-0; del mismo modo, su gran rendimiento en Copa explica la victoria madridista. De Xabi Alonso no tengo palabras. Asistimos a uno de los mejores centrocampistas del mundo.

  • Sexta temporada en el Real Madrid de Sergio Ramos y sexta temporada que no cumple con las expectativas. La irregularidad de este futbolista se me antoja alarmante, máxime cuando se le presupone un alto potencial. El Barça tiene en Alves un privilegio único en el mundo. Es el plus del Barça. Como lo fue Roberto Carlos en el Real durante años. Con Ramos no es así. El Madrid tiene en su banda derecha un jugador que no marca diferencias en ataque ni se caracteriza por su constancia en la fase defensiva. Se hace urgente una reflexión. Y la respuesta tal vez esté en que no es lateral sino central.

  • Casillas sigue teniendo lagunas inadmisibles en un portero de su nivel. Pero jamás vi un portero tan determinante como él. Otro año sin mejorar, pero fue decisivo en la Copa. Como en el Mundial. Como en la Eurocopa. Como en la Novena. Para lo bueno y la malo, Casillas apenas ha cambiado en diez años de carrera deportiva.

Al año que viene no tengo ninguna duda de que estaremos mejor. Tomo como dogma y referencia una sentencia de José Mourinho: "Mis equipos son mejores en mis segundas temporadas."

¡Hala Madrid!

lunes, 6 de julio de 2009

Flases (VIII)

Declaraciones de Cristiano Ronaldo en su entrevista a MARCA:

"¿Ganar 2-6 en el Camp Nou? Firmo ganar 0-1 y los tres puntos".

---------------------------------------------------

¡Anda! ¿Pero no se suponía que era chulo y arrogante?