domingo, 30 de abril de 2017

Superando el clásico

Leo Messi, tras marcar el gol decisivo. Foto de Marca.

En los años de gloria, cuando el fútbol y la fidelidad a unos colores lo eran todo, perder ante el eterno rival suponía la herida más grave que un hincha podía sufrir. El día siguiente se soportaba con un preceptivo apagón informativo: tras la derrota, no se ponía la tele, ni se leían periódicos ni se hablaba con el vecino. Hay tragos que se superan mejor en silencio. Con el 2-6, por ejemplo, juro que tardé más de cinco años en ver el resumen. Por eso, me sorprendo a mí mismo cuando, de nuevo en un revés, ahora me atrevo a hojear algunas páginas, leyendo a unos, escuchando a otros. Incluso intento comprender, cuando antes ahogaba penas olvidando. Ese maldito gol de Messi escoció como sólo puede doler una derrota en el último instante de un clásico. Pero se entierra como se cicatrizan las heridas de las viejas batallas. Uno recuerda, por ejemplo, que en la misma temporada de la Décima se perdieron ambos duelos de Liga; y la Undécima se logró en el mismo curso en el que se perdió 0-4. Tal vez sea la única lección que haya aprendido con los años: la revancha –la oportunidad de redimirse- en el fútbol siempre vuelve. Y los madridistas todavía estamos a tiempo en la 16/17.

*Artículo de opinión publicado en el diario La Opinión de Murcia.

sábado, 22 de abril de 2017

Recuerdos de un clásico (II): Madrid-Barça de la 04/05

El clásico de la 04/05 se destapó, ante todo, como la reivindicación del orgullo mancillado del Madrid de los Galácticos. El duelo perdura en la memoria madridista como la última exhibición de una generación irrepetible, como el epílogo de un conjunto que fascinó mucho más que ganó. Fue la redención del viejo rey destronado ante el emergente aspirante, el insolente Barça de Rijkaard, hambriento de fútbol y de títulos. En aquella etapa, el Real competía, a ojos sinceros, como una ruina de equipo, incapaz de sostenerse táctica ni físicamente, discontinuo en el juego y condenado a una renovación profunda. Pero a un partido, ay a un partido, aquella colección de estrellas prejubiladas era temible: aquella calidad legendaria podía esconder un historial de defectos en noventa minutos. Lo demostró un Ronaldo motivado, encarando como en los noventa; lo certificó un -por un día- ordinariamente pragmático Zidane, dispuesto a purgar en labores de intendencia y que no dudó en lanzarse ante el poste en pos del gol; lo atestiguó Roberto Carlos, echándole un pulso a Xavi, a sus piernas y al tiempo. Y lo verificó Beckham, con un pase cartesiano, exento de marketing pero repleto de su mejor leyenda. Los Galácticos dieron un puñetazo en el verde. Fue el último. El triunfo en el clásico no trajo la Liga y los trofeos jamás volverían, pero aquella tarde, ay aquella tarde, los Galácticos se rebelaron para firmar la última página dorada de su historia.


viernes, 21 de abril de 2017

Recuerdos de un clásico (I): Madrid-Barça de la 06/07

El clásico de la 06/07 queda en el recuerdo como una ensoñación de lo que pudo ser y nunca fue en la segunda era de Fabio Capello en el Real. Pocas veces el plan que siempre pergeñó el italiano funcionó como aquel día. Sí, Capello y su Madrid acabaron ganando la Liga, pero con otras armas (la fe como ley salvaje, el orgullo del veterano herido como razón de supervivencia), distintas a las que planificó al principio de la temporada. Pero ese partido, ese clásico de octubre de 2006, el Madrid se erigió compacto, rocoso y solidario, con su doble pivote cipotudo como eje, Guti jugando con libertad en campo contrario y lanzando pases sin juez, Robinho como fuego en verso libre y la efectividad del inolvidable Ruud. Incluso Raúl, el héroe decadente, revivió aquella noche galones pretéritos, con un gol importante en una cita clave. No resultó tampoco el duelo perfecto: Messi, el genio incipiente, encontró las únicas hendiduras del plan, quebrando la cintura de Cannavaro, y provocó las ocasiones del Barça. No entraron y el Madrid voló por el clásico a la manera que siempre soñó Capello para derrotar al vigente campeón de Europa.